Compilador
Lo Pequeño como Alternativa
Línea de Investigación: “Historia Regional y Local” (Cátedra Mario Briceño Iragorry)
Alexi Berrios Berrios (Compilador)
De esta edición.
Línea de Investigación: “Historia Regional y Local” (Cátedra Mario Briceño Iragorry. UNESR-Valera
Fondo Editorial Tropykos
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ISBN: 980-325-308-5
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Diseño y diagramación: Yelitza Mejías
Diseño de Portada: Yafi Nose
Impresión: Servi-K C.A. Servicio Grafico Digital
E-mail: servik@cantev.net
Ediciones: 500 ejemplares
Presentación
De las múltiples y variadas alternativas con las que suele trabajar los historiadores y otros científicos sociales, no hay duda que la historia local es de las más popularizadas. Desde la década del sesenta, cuando Luis González y González reinstaló la práctica de la microhistoria en el ámbito universitario, ésta se ha venido multiplicando, creando un amplio espectro y metodológico y potenciado hasta niveles verdaderamente inesperados, el conocimiento de los pequeños espacios. Entre nosotros aquí en Venezuela, desde la década de los ochenta las prácticas que tienen que ver con la historia local y regional, o con la microhistoria, registran también un crecimiento más que satisfactorio, pues aparte de caracterizar a todo el quehacer historiográfico venezolano, la popularización de su práctica ha permitido enriquecer todo el bagaje teórico metodológico y técnico por una parte, y ha proporcionado un mejor conocimiento del país, esta vez desde su células genesicas, los pueblos.
Este opúsculo que presentamos y que tiene la marca indeleble del trabajo que desde hace varios años viene realizando en el Estado Trujillo Alexi Berríos, es una muestra de lo que acabamos de afirmar. Lo pequeño como alternativa recoge algunos de los trabajos y ensayos que se conjugan en la praxis trujillana, de la Cátedra de Historia Regional y Local que fundara hace varios años Alexi Berros. Precisamente tuve el honroso privilegio de acompañar a este historiador y poeta trujillano en tan hermosa aventura, y por eso mi complacencia ahora en presentar este primer reposo que estos guerreros de la historia regional en Trujillo, hacen en su gloriosa jornada.,
Arístides Medina Rubio
En Búsqueda de la Nueva Historia
Alexi Berríos Berríos
UNESR, Núcleo Valera
Busco por la inconformidad humana subyacente en el hombre del XXI. Busco por la ausencia de una respuesta de lo que soy y deseo. Busco…Estoy en un laberinto sin fechas, episodios, héroes, batallas... Entro en el túnel verdadero de la historia. Esa culebra vivaz y afilada rastreando las hojas secas de lo vivido. Voy, pues, enredándome en el tallo finito de cuarenta años. Al instante, desenredo el carrete de hilo y en cada milímetro hay huellas generacionales. Todas llevan polvo de recuerdo. Eh, caminan colectivamente en una pasarela de acciones compartidas. ¿Eso no es historia? Siempre los expertos-cientificistas asoman la cabeza. Eureka... el dato. Pregunto: ¿el contenido del archivo no es elaborado por el hombre? Los criterios humanos forcejean ¿o no? La historia de andamios vibra en las alturas, pero suelta arenilla por las ranuras. Comonó, por algún lado gotea el agua, más la polisemia histórica. Entonces, pareciera no haber verdad absoluta. Claro. Otra cosa, la gente corriente es inanimada en la pluma del historiador y sus quehaceres no suman para la constitución de una “historia total” o de Estado. Error, por cuanto la historia chiquitica, parroquial, local, regional... dará pie a la concreción de una historia de pueblo en el estricto sentido del término. Es decir, la historia de los sin voz nos llevará a conseguirnos en el nailon del tiempo. Hablo en sustancia como hombre incluido en la historia introspectiva ¿Cómo existo?
Busco en mi interior el saber lúdico increcendo, y, a cada paso, tropiezo con la imagen, el lugar, la casa de campo, la abuela, el pájaro trinando arriba del uvito, el perro ladrando detrás de la niebla... el gallinero apagado después de las seis, la escuela, la comiquita de televisión, el zorro, Popeye, Superman.
Sigo.
Amores adolescentes, la maestra seductora, escenas deportivas...
Me voy envejeciendo y pasando a ser otro ¿Lo ideal? Reviso la pizarra de la vida y vuelvo al recuerdo. Lo tengo, pero y la parte artística debo imprimírsela para comunicarme. Ella impulsa el tallado de una vida construida en lo límbico o bajo el verdadero sueño. Doy vuelta a la vetusta fotografía usando la fuente de mi existencia ¡Nada mejor! Ella no tiene polvorientos manuscritos, sino memoria. Recuerdo vivo alterado por la neurona imaginaria, cuyo único archivo es el cerebro. Si embargo, citaré algunos textos para ampararme del método positivista de la historia, verbigracia: Anfisbena de José Manuel Briceño Guerrero, El Gran Laberinto de Fernando Savater, Antes del Fin de Sábato ¡Es emocionante decir cosas y compartirlas con otros que también las vivieron y urdieron en su infancia, adolescencia, juventud... la pasión de la convención temporal. Escribo y alguien me lee. Al leerme conversa conmigo coincidiendo o desmitificándome o agregando elementos para enriquecer lo expuesto como intrahistoria. Al lado del pensamiento se viene una fotografía que también habla y revela momentos. Juego, entonces, ajedrez en un parque donde se cruzan las miradas de una historia desconocida por muchos. ¿Servirá eso de algo? ¿O será tan magnánimo como la Batalla de Carabobo? Créanme, la introspección aviva luchas psicológicas, cromosómicas... de gente de carne y hueso como Simón Bolívar. En tanto y en cuanto las luchas tocan la fibra humana se colectiviza el saber mínimo o pequeñito, diminuto para el gran saber. Es duro, verdad, que los sabios sientan la historia objetiva y fría como la diosa mental sin reproches. Silencio... y el recuerdo me reclama trabajo escritural desenfrenándome totalmente. Adiós a las imposiciones metodológicas positivistas de la escuela mater que adoré, adoro y le canté. Siento que es la mejor tesis elaborada por mí hasta ahora. Eso me basta sin presunciones. Ella me sigue como un reptil encuevado. Una vez lo apunté sumido en la locura de un sueño del ochenta. Supieran que ahora estoy soñando otra vez con un sitio musical de carrusel, juegos, misas, patinajes, guaguancó... y todo me pertenece salvo la heroicidad... No sé que significa ni me preocupo por ella. Vuelvo y un campesino labora profundo por el país y nadie lo ve ¿Cómo? la espesura blanca del páramo lo cubre. ¿Dónde estarán los historiógrafos venezolanos? ¿En qué hemeroteca investigarán? A ellos les da alergia la ruralidad y a diario descubren cualquier detalle para contárselo en el cafetín. Engolan la voz para expresar que durante el siglo XIX hubo o no hubo nación en Venezuela. El campesino, en cambio, quiere su matria, la embellece y la defiende pasando desapercibido hasta después de la muerte. Siente que los pueblos crecen con trabajo y el retozo de los loros raya el cielo a las cinco de la tarde. Luego, viene la lluvia y la oscuridad espesa ronda el camino real. Llega el alba bramando en la ladera cercana al río caudaloso que se ríe del XXI. El sabe de la crisis que se aproxima. Por contraste, los sabios discuten sobre el tirano liberal, las ideas de los venezolanos durante el siglo XIX, la hermana del Libertador y quien no sepa de esos episodios ignora la historia. A decir verdad, esa historia hay que estudiarla, empero, la otra también con toda su mitología, además, que nuestros ancestros están diseminados por los caminos, carreteras y pueblos de las regiones. De hora en hora la campana del tiempo recuerda sus nombres y yo los revivo en la sustancia neuronal pintándolos como protagonistas de mi libro primero y aprendo por asociación. Continúo utilizando la memoria, y, más tarde: repito... repito... Ajá... aprendí y nunca se olvidará. Así soy. Soy yo y lo circundante espacial-geográfica y culturalmente. Dicho de otro modo: soy un hombre nacido en la microhistoria y la voy coloreando en la medida que me busco adentro como un terrón abonado por sueños saltando a la vista la montaña que me lleva. El asunto no es sencillo, no señor, es tan complejo como la ciencia al persuadirnos que “recordar no es un lujo sino un trabajo”. Es un arte de pensar y exponer lo vivido e inferir lo soñado. En otras palabras, escribo confundiéndome y alterando al expectante, y, el buen expectante, comenta sin dejar morir la escritura. Ahora bien, la escritura cientificista muchas veces fenece atosigada por el agua de la incomprensión. De allí lo difícil de historiar para lo humano, porque en ambos casos está presente el lenguaje. Gracias a él podemos transmitir y esperar la voz del otro. Cierto, el lenguaje es el alma del hombre y el hombre se encuentra atrapado por el lenguaje. El desea escucharse, necesita decirse para ser historia. Sabe bien que la historia es humana, y, por ende, similar a él. Por supuesto, entiende las distinciones con el hombre de 1811, empero lo estudia buscando un pasado que lo identifique sobre la base de la diversidad y la unicidad. Tal es, su martirio: soy uno y muchos a la vez. Bueno, vivo en la pluralidad, pero es menester buscarme como humano. Busco... busco... y de pronto empiezo el relato del acontecer supremo llamado vida y mis amigos traen fuentes para un trabajo del profe, quien decidió anidarse en la parte izquierda del cerebro de la historia temiéndole a una neuralgia, trombosis, neurisma...o apagón científico. Esto es, prefirió pensar lo chiquito y así descubrir lo grande escondido en la gente ignorada por los plumarios de la historia de Venezuela.
El Concepto de Microhistoria en la Nueva
Historia sus características básicas como
Modelo historiográfico
Gilberto Quintero Lugo
ULA-Mérida
En América Latina, a partir de la década de 1970, potenciada por la obra del historiador mexicano Luis González González, se comenzó a extender la microhistoria como práctica específica de investigación en el campo de los estudios históricos. Entonces se le entenderá como la indagación sistemática y global, en todas las instancias de la actividad humana, de comunidades o grupos sociales específicos de alcance local o regional desde el punto de vista espacial o geográfico, como alternativa frente a las construcciones historiográficas de alcance nacional o universal. Hoy, sin embargo, a tenor de la actual crisis de paradigmas del discurso historiográfico, en Europa, de la mano de la producción historiográfica de investigadores como Carlo Ginsburg, Giovanni Levi y otros, la microhistoria, influenciada además por la llamada nueva historia cultural o historia socio-cultural, ya no se le define exclusivamente según el concepto original acuñado por González González. De ahí que, partiendo de la definición original, pretendemos examinar sus caracteres básicos como modelo de investigación de la historiografía contemporánea.
1.-La microhistoria como práctica historiográfica en América Latina. Su caracterización en la obra de Luis González González.
Aunque su práctica es tan antigua como la aparición de la primera narración histórica propiamente dicha en el ámbito de la civilización occidental, en América Latina, tan rica en crónicas locales y en coleccionistas de relatos, mitos y cosas viejas, no fue sino hasta la aparición en 1968 de la primera edición de Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia, obra del historiador mexicano Luis González González, que se comenzó a extender en nuestros países el estudio de lo local y lo regional con rigor profesional.1 No es que antes de 1968 no se hiciera microhistoria en algún sentido. Simplemente que en los siglos anteriores a 1968, y más aún en el siglo XIX y en las primeras décadas del XX, la microhistoria era ejercida, a su modo, por los “viejitos” cuenta cuentos de las pequeñas comunidades, por los cronistas locales o regionales y, sobre todo, por muchos aficionados de toda laya y condición social que la practicaban como un hobby o por simple actitud romántica (por la simple nostalgia y amor a la familia y al terruño), antes que por historiadores profesionales.2 El propio González González se daba cuenta de esta realidad con relación a su país natal, cuando afirmaba:
De la microhistoria contada o cantada por los “viejitos” se suele pasar a la microhistoria escrita por los muchos aficionados o “todisas” pueblerinos. En México abundan las historias parroquiales escritas por gente de cultura general. Se trata de microhistoriadores .sin contacto con la vida universitaria, que sí en vigorosa comunicación con la vida lugareña…Por lo demás, es difícil definirlos porque a la microhistoria acude gente de muy distinta condición. Y sin embargo, es posible rastrear en ellos algunos rasgos comunes: la actitud romántica, entre otros.3
No obstante lo anterior, a partir de la publicación de Pueblo en Vilo y de las numerosas conferencias que el propio González González comenzó a exponer en México y en otros países latinoamericanos, la investigación microhistórica se fue convirtiendo progresivamente en una actividad propia de historiadores profesionales. Más aún siendo el propio González González un historiador formado profesionalmente. De este cambio daba cuenta el ilustre historiador mexicano en 1986 cuando afirmaba lo siguiente:
Pero la historiografía parroquial o microhistoria no está comprometida con la tradición hasta el grado de que no pueda superarla. No esesencial en la microhistoria el ser simple enumeración de hechos y el no saber esculpir imágenes interinas del pasado, acopiar pruebas, hacer críticas de monumentos y documentos, percibir las intenciones de la gente y realizar, como mandan los manuales de metodología científica, las operaciones de síntesis. De hecho, ya se está haciendo una microhistoria de carácter científico, guiada por el criterio de la veracidad de los hechos y la comprensión de los hacedores.4
De modo que en las décadas posteriores a 1960 la microhistoria salía al encuentro de su pequeño mundo armada de preguntas, de un buen planteamiento problemático, con el correspondiente marco teórico y la definición de la metodología a emplear y, en fin, con una imagen provisional del tiempo histórico que se indaga. Todo ello sobre la base de la evaluación y crítica de las fuentes que testimonian el devenir de las gentes humildes y su vida cotidiana, objetos principales de la microhistoria. A este respecto, nuestro historiador es bien explícito:
La gente encopetada y los hechos de fuste, asunto de las macrohistorias tradicionales, ha dejado muchos testimonios de su existencia. No así la gente humilde y la vida cotidiana, objetos de la microhistoria. Por lo mismo, ésta se ve obligada a echar mano de pruebas vistas desdeñosamente por la grande y general historia. La micro se agarra de luces tan mortecinas como las proporcionadas por las cicatrices terrestres de origen humano; por los utensilios y las construcciones que estudian los arqueólogos y por la tradición oral, cara a los etnólogos. Echa mano también de papeles de familia (cartas privadas y escrituras contractuales); registros eclesiásticos de bautizos, confirmaciones, matrimonios, pago de diezmos y muertes; registros notaria es de compra-ventas, disposiciones testamentarias y tantas cosas más; censos de población y de índole económica; informes de curas, alcaldes, gobernadores y otras personas que sirven de enlace entre el poder municipal y los poderes de mayor aliento. La microhistoria… se sirve también de libros de viajeros, de crónicas periodísticas y de las relaciones hechas por los historiadores aficionados. El microhistoriador ha de hacer grandes caminatas o investigación pedestre, excavaciones arqueológicas, muchas y pacientes entrevistas, larguísimos sentones en archivos públicos y privados y en bibliotecas.5
Pero, ¿qué es lo microhistórico en la visión historiográfica de Luis González González?
En el pensamiento historiográfico de Luis González González hay una cierta confusión en cuanto a la definición de la microhistoria como práctica de investigación histórica específica. Así, en 1973, de manera vaga señalaba:
…Sólo en términos generales puede decirse que el dominio de la microhistoria es el pasado humano, recuperable, irreversible, influyente o trascendente o típico. Dentro del enorme universo del pasado historiable es posible aislar la parcela que le corresponde a la microhistoria; es decir, el espacio, el tiempo, la gente y las acciones que le preocupan.6
De acuerdo con el anterior criterio, el espacio de la microhistoria es lo que González González denomina como la patria chica o matria, definida por él así:
…la realización de la grande, es la unidad tribal culturalmente autónoma y económicamente autosuficiente; es el pueblo entendido como conjunto de familias ligadas al suelo; es la ciudad menuda en la que todavía los vecinos se reconocen entre sí; es el barrio de la urbe con gente agrupada alrededor de una parroquia o espiritualmente unida de alguna manera; es la colonia de inmigrados a la gran ciudad; es la nación minúscula como Andorra, San Marino o Naurú; es el gremio, el monasterio y la hacienda; es el pequeño mundo de relaciones personales y sin intermediario.7
En la misma línea de reflexión, González González define el tiempo de la microhistoria como el largísimo y propio de la geografía, de ritmo lento, propio de la costumbre, la mentalidad y el hábito. De allí que sostenga: “Un microhistoriador rara vez deja de partir de los tiempos más remotos, recorrerlo todo, y pararse en el presente de su pequeño mundo. El asunto de la microhistoria suele ser de espacio angosto y de tiempo largo, y de ritmo muy lento”.8
En cuanto a la clase de gente y acciones que le importan, la microhistoria se caracteriza por interesarse en la vida de las gentes sencillas y menudas y su vida cotidiana. De hecho, González González afirma que: “A la microhistoria le interesa, más que lo que influye o renace, lo que es en cada momento, la tradición o hábito de la familia, lo que resiste al deterioro temporal, lo modesto y pueblerino”.9
De allí que sea característico del estudio microhistórico proyectar sobre una región estrictamente delimitada el entrecruzamiento de los puntos de vista geográfico, económico, histórico-constitucional y administrativo con los de la técnica, el arte, los usos y costumbres, los hechos populares y las modalidades lingüísticas. A este respecto, el propio González González sostenía que la principal justificación del estudio microhistórico residía en que:
“…abarca la vida integralmente, pues recobra a nivel local la familia, los grupos, el lenguaje, la literatura, el arte, la ciencia, la religión, el bienestar y el malestar, el derecho, el poder, el folklore, esto es, todos los aspectos de la vida humana y aun algunos de la vida natural”.10
Varios años más tarde, en 1982, mantenía la misma posición sobre lo que entendía por microhistoria y estudio microhistórico, al sostener que:
La microhistoria reconoce un espacio, un tiempo, una sociedad y un conjunto de vicisitudes que le pertenecen…En términos generales, el ámbito microhistórico es el terruño: lo que vemos de una sola mirada o lo que no se extiende más allá de nuestro horizonte sensible. Es casi siempre la pequeña región nativa que nos da el ser en contraposición a la patria donadora de poder y honra…Es la matria, que más de las veces posee fronteras naturales, pero nunca deja de tener fronteras sentimentales…La unidad social actuante en la microhistoria es generalmente un puñado de hombres que se conocen entre sí, cuyas relaciones son concretas y únicas. El actor colectivo es el círculo familiar, la gran familia. El solista es el hombre poco importante, no el egregio en el país y en el mundo,… ¿Cuáles son los hechos historiables y cuáles los no historiables para el microhistoriador? Los historiadores locales parecen pecar por exceso. Pueblan sus libros con pequeñeces…La especie microhistórica es mucha veces todista, porque el espíritu anticuario rara vez distingue entre lo importante y lo insignificante, entre lo que influye, trasciende o personifica y lo que es mera banalidad…Esto no se contradice con el hecho de que la microhistoria busca sobre todo lo cotidiano, el menester de la vida diaria, la vida vivida por todos, los quehaceres comunales sin teoría y las creencias comunes sin doctrina. La microhistoria no puede evitar ser un poco geografía y un poco biología; le da cabida a los hechos del mundo histórico natural…11
Sin embargo, cuatro años más tarde, en 1986, varió un tanto su posición al indicar que:
…En 1971 propuse la microhistoria para el multiméxico, y quince años después, sigue válida, a mi modo de ver, tal propuesta, aunque con variante en su formulación. Entonces tenía vagos los conceptos de terruño y microhistoria. No se me alcanzaba la diferencia entre la breve comunidad del terruño donde predominan los lazos de sangre y de mutuo conocimiento y la mediana comunidad de la región donde son particularmente importantes los lazos económicos. No distinguía a plenitud entre un pueblo, cabeza de una terruca, y una ciudad mercado, núcleo de una región. Por lo mismo, confundía la historia regional con la historia parroquial. A una y otra las llamé microhistoria o historia matria. El término microhistoria –pienso hoy- habrá que reservarlo para el estudio histórico que se haga de objetos de poca amplitud espacial. Es un término que debería aplicarse a la manera espontánea como guardan su pretérito los mexicanos menos cultos, mediante la historia que se cuenta o canta por los viejos en miles de terruños…que narra con sencillez, a veces en forma de canción o corrido, acaeceres de una minicomunidad donde todos se conocen y reconocen.12
Como se ve, de acuerdo a la evolución del pensamiento historiográfico de González González, lo microhistórico estaría definido por el estudio histórico del terruño, denominado por el historiador mexicano como patria chica, matria, parroquia, municipio y tierra. Terruño caracterizado por ser dueño de un espacio corto y un tiempo largo, de pocas gentes que se conocen entre sí y cuyas relaciones en términos de lucha de clases son mínimos o inexistentes, mientras que las peleas y amistades entre familias se intensifican al máximo. Al mismo tiempo, las relaciones con el territorio propio tienden a ser amorosas; con las comunas vecinas de lucha, y con la ciudad más próxima de ocios y negocios. A su vez, varias minicomunidades vecinas entre sí confluyen generalmente en una ciudad mercado, cabecera de una región. En lo cultural, cada terruño maneja un haz de prejuicios que rigen el comportamiento global de sus habitantes, incluyendo un código de honor, una cosmovisión y una manera de hacer arte. En definitiva, para el maestro mexicano de la microhistoria:
…La nueva microhistoria indaga los avatares de un terruño desde su fundación hasta el presente. Pregunta por los sucesivos actores y acciones de la minicomunidad. Toma muy en serio la geografía, los modos de producción y los frutos del municipio. Le da mucha importancia a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización social. Destaca los valores culturales de los distintos tiempos. Se asoma a la vida del pequeño mundo al través de multitud de reliquias y testimonios. Ve, escucha y lee con sentido crítico. Hace serios esfuerzos de comprensión…y ha venido a ser recientemente sierva o ancila de las ciencias sistemáticas de la sociedad: destruye falsas generalizaciones y permite hacer generalizaciones válidas a los científicos sociales…13
Pero, ¿será este el concepto de microhistoria en Europa? De indagar esto nos ocupamos en el siguiente apartado.
2.-La microhistoria en la nueva historiografía europea. La concepción de la escuela histórica italiana.
En Europa, a partir de la década de los años 80 se hizo popular el estudio microhistórico como una de las formas específicas del discurso histórico contemporáneo: la llamada historia desde abajo. Constituyéndose así en un nuevo modelo del quehacer historiográfico frente a la llamada crisis de la historiografía occidental, especialmente a partir de la publicación de la obra del historiador italiano Carlo Ginsburg titulada Le fromagie e vermi, publicada en 1981 en lengua castellana con el título de El queso y los gusanos. El cosmos de un molinero del siglo XVI.14
En efecto, hacia finales de la década de los años setenta, primero en América y algo después en Europa, empezó a percibirse una situación de pérdida de seguridad en las teorías y diagnósticos que habían guiado el desarrollo de la investigación social en los treinta años anteriores, los cuales se habían caracterizado como los del máximo esplendor de las teorías sociales entonces en boga: materialismo histórico, estructuralismo, funcionalismo y las tesis de la Escuela de los Annales en el campo específico de la historiografía.16 Tal pérdida de seguridad se ha vinculado con el agotamiento generalizado de los paradigmas que durante esos años habían ejercido un influjo decisivo, pues la intelectualidad occidental había apostado, para la resolución de los graves problemas sociales que desde siempre han azotado a la humanidad y al planeta, al supuesto poder explicativo de la teoría social: al seguimiento, en general, de los grandes modos de operar de las ciencias físico-matemáticas; y a la aparente superioridad de los métodos empíricos. Giovanni Levi lo explica en los siguientes términos:
Se dan en microhistoria ciertas características distintivas que nacen en el período de su aparición en la década de 1970 a partir de un de bate político y cultural más general. No hay en ello nada especialmente raro, pues la década de los setenta y los ochenta fueron casi de manera universal años de crisis para la creencia optimista predominante según la cual el mundo se transformaría con rapidez y de forma radical de acuerdo con una orientación revolucionaria. En ese tiempo, muchas de las enseñanzas y mitologías que habían guiado anteriormente la mayor parte de los debates culturales, incluido el campo de la historiografía, demostraron ser más que inválidas, inadecuadas frente a las consecuencias impredecibles de los acontecimientos políticos y lasa realidades sociales –acontecimientos y realidades que estaban muy lejos de ajustarse a los modelos optimistas propuestos por los grandes sistemas marxistas o funcionalistas-. Todavía estamos viviendo plenamente las impresionantes fases iniciales de este proceso y los historiadores se han visto forzados a plantearse nuevas cuestiones acerca de sus propias metodologías e interpretaciones. Ante todo, ha quedado socavada la hipótesis del automatismo del cambio. Más en concreto: lo que se ha puesto en duda ha sido la idea del progreso constante a través de una serie uniforme y predecible de etapas en las que, según se pensaba, los agentes sociales se ordenaban de acuerdo con solidaridades y conflictos que, en cierto sentido, estaban dados y eran inevitables.16
A lo anterior, muy bien explicado por Levi, se agregaría el hecho de que el marasmo en la teoría y en las prácticas estuvo también determinado por la aparición y el crecimiento de una nueva cultura intelectual, denominada postmodernismo, y por el despliegue de lo que ha sido llamado giro lingüístico en la filosofía y el análisis de la cultura en general, de lo que se desprendía también una nueva valoración del discurso historiográfico y de la práctica del oficio de historiar.18 Frente a esta situación, las orientaciones de la disciplina han virado en las últimas décadas del siglo XX hacia la reconstrucción literaria del pasado, la interpretación semiótica, la exploración micro-antropológica y el relativismo general que reduzca las antiguas pretensiones de encontrar “explicaciones”, más o menos apoyadas en las teorías del devenir humano. Lo cual ha producido, a su vez, dos consecuencias básicas: la vuelta a la narración y su consideración como la única y exclusiva forma apropiada para el discurso histórico; y la creciente fragmentación de la práctica historiográfica, ya que los historiadores de hoy en día no aprecian que exista un método historiográfico en el que se reconozcan unas técnicas comunes mínimas, a tiempo que las historias sectoriales del tipo de la historia económica o de la historia social, o las historias temáticas tales como las que estudian el devenir de la ciencias, de la educación, del arte, de la religión y otras, tienden a escaparse del tronco común de la disciplina histórica para convertirse en ramas específicas de las ciencias sociales a las que se refiere específicamente su “tema”, lo que no hace sino reforzar aún más una penosa propensión al gremialismo.18
Todo lo anterior se ha traducido en la aparición y desarrollo, al menos en Europa y en los Estados Unidos y con visible influencia en América Latina, de nuevos modos de practicar la investigación histórica. Entre ellos la denominada historia desde abajo: esto es, el estudio intensivo de los sujetos y grupos de gentes corrientes.20 Y un modelo de esta índole lo constituye la microhistoria, pues, partiendo de una reducción de la escala de análisis de los fenómenos y de una mayor localización de los actores concretos, propone una nueva inteligibilidad para la acción humana y una nueva explicación de generalidades partiendo del examen micro de experiencias personales y singulares.
En el caso de la historiografía europea contemporánea, la microhistoria como tal es una práctica de investigación histórica nacida en Italia, y que empezó a llamar la atención con fuerza tras la aparición del libro de Carlo Ginsburg sobre el molinero Menocchio en 1976, pero cuya escritura es anterior. La microhistoria presenta también como novedad el haberse expandido gracias al apoyo editorial recibido de Einaudi (Torino) en su colección titulada Microstorie, y a través de la revista Quaderni Storici.
En esencia, según Giovanni Levi, la microhistoria se funda en la reducción de la escala de observación en una suerte de análisis microscópico con estudio crítico e intensivo del material documental.21 La reducción de la escala de observación, sin embargo, puede prestarse a malentendidos, ya que lo que puede ser tenido como sistema posee en sí mismo diversas escalas. Como bien afirma Levi: “Los aspectos particulares del objeto de análisis no reflejan necesariamente la escala distintiva del problema propuesto”.21 En otras palabras, el nivel de lo microhistórico no se consigue por fragmentación. De allí que el auténtico problema reside en la decisión de reducir la escala de observación con fines de experimentación, ya que se parte del presupuesto de que la observación microscópica debe revelar factores anteriormente no observados.22
Ejemplos de estudio microhistórico practicado en Europa son los siguientes: reinterpretar el proceso inquisitorial contra Galileo Galilei como una defensa de las ideas aristotélicas de sustancia y de la doctrina de la Eucaristía contra la teoría del atomismo, pues, ésta última supone imposible la transformación del vino en sangre y del pan en carne; centrarse en un cuadro pictórico específico e identificar lo que representa como medio para indagar el imaginario cultural del artista Piero Della Francesca; estudiar las estrategias matrimoniales entre consanguíneos en una aldea de la región de cómo a fin de revelar el universo mental de los campesinos del siglo XVII; analizar la introducción del telar mecánico en un pequeño pueblo dedicado a la actividad textil para explicar el asunto general de la innovación, sus ritmos y efectos; investigar las compraventas de tierras en un pueblo para descubrir las reglas sociales del intercambio comercial en un mercado que debía estar ya despersonalizado.23
Examinemos a continuación el último ejemplo para apreciar como el análisis microhistórico permite encontrar aspectos usualmente no puestos en evidencia por el estudio macrohistórico, según como lo conceptúan los historiadores europeos.
Con relación a la comercialización de la tierra es opinión ampliamente compartida entre los especialistas que la precocidad y frecuencia de las compraventas llevadas a cabo en los países de Europa occidental y en la América colonial es indicativa de la presencia temprana del modo de producción capitalista y del individualismo como comportamiento y actitud. Sin embargo, esta suposición es un error, pues se funda en datos heterogéneos, sin haber examinado mayormente los hechos concretos de las compraventas mismas y porque los historiadores se han dejado llevar por su propia mentalidad mercantil moderna, que los ha inducido a interpretar las cantidades masivas de las transacciones monetarias de tierras halladas en escrituras notariales contemporáneas como prueba fehaciente de la existencia de un mercado autorregulado. Con el detalle de que nadie se percató de que los precios en cuestión eran extremadamente variables, inclusive con diferentes calidades de la tierra. Así, los precios de ésta y el mercado general se relacionaron habitualmente con la hipótesis no cuestionada de la impersonalidad de las fuerzas del mercado. Pero la reducción de la escala de observación a una localidad permitió descubrir que el precio de la tierra variaba, independientemente de su calidad y extensión, según la relación de parentesco entre los contratantes y no por la acción de las “fuerzas impersonales” del mercado. Así, se ha podido determinar que el objeto de observación era un mercado complejo en el que las relaciones sociales y personales tenían una importancia determinante para establecer el nivel de precios, los vencimientos temporales y las formas en que la tierra pasaba de unas manos a otras.
En definitiva, en la visión de los microhistoriadores europeos, particularmente de los italianos, ciertos fenómenos histórico-sociales que anteriormente se consideraban suficientemente descritos o estudiados, se revisten de significados completamente nuevos al alterar la escala de observación. De lo cual se sigue que sería posible utilizar estos resultados para formular generalizaciones mucho más amplias, aunque las observaciones de partida se hubieran hecho en el marco de dimensiones relativamente reducidas y a manera más bien de experimentos que de ejemplos. Cosa nada extraña, pues, desde América Latina en 1986 el maestro mexicano de la microhistoria, Luis González González, ya señalaba que:
La historia local o del terruño, la microhistoria, es una ciencia de lo particular anterior a cualquier síntesis. Es una disciplina que arremete contra las explicaciones al vapor. Es el aguafiestas de las falsas generalizaciones. Siempre da lata. Siempre le busca excepciones a la teoría que esgrimen las demás ciencias del hombre. Su principal ayuda a la familia de las humanidades es la de poner peros a las simplificaciones de economistas, sociólogos, antropólogos, politólogos y demás científicos de lo humano, de un asunto tan complejo que se presta poco a generalizaciones. La microhistoria sirve antes que nada para señalar las lagunas en los territorios de cada disciplina.24
Como se ve, a diferencia de su conceptualización en América Latina, donde el estudio microhistórico se entiende como la indagación en la larga duración de pequeñas comunidades de manera integral, en Europa se el define como el análisis intensivo y en profundidad de cualquier fenómeno histórico específico, a fin de poner en evidencia aspectos que no se ven claros a través del estudio macrohistórico. Esto es particularmente cierto en el caso de la indagación de fenómenos socio-antropológicos a muy pequeña escala de observación de un proceso histórico global para poder apreciar ciertos aspectos y tipificarlos. De allí que en este tipo de estudio resulte clave la recuperación del sujeto y de su experiencia, de tal suerte que se convierte en el eje de todo el discurso historiográfico contemporáneo. Discurso caracterizado por Fontana como “…una forma peculiar de historia narrativa, que tiene contacto con otras formas historiográficas como la historia de las mentalidades, que practica más la story que la Historia”.25 Por esta razón, se estima que las dos características principales de la microhistoria europea sean el retorno al discurso eminentemente narrativo y la valoración que ha hecho de una forma de análisis antropológico, claramente el que deriva de la descripción densa de Clifford Geertz, cuyo propósito básico es:
...descubrir las estructuras conceptuales que informan los actos de nuestros sujetos, lo “dicho” en el discurso social, y construir un sistema de análisis en función del cual lo genérico en estas estructuras, lo que pertenece a ellas por ser lo que son, destacará sobre el fondo de otros determinantes de la conducta humana…26
En este sentido, el enfoque microhistórico, tal como lo entienden los historiadores europeos, aborda el problema de cómo acceder al conocimiento del pasado mediante diversos indicios, signos y síntomas. Como bien indica Levi:
…Es un procedimiento que toma lo particular como punto de partida (particular que es a menudo altamente específico e individual y sería imposible calificar de caso típico) y procede a identificar su significado a la luz de su contexto específico.27
El mejor ejemplo de lo anterior es la obra de Carlo Ginzburg: El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI, cuyo objetivo principal no era tanto reconstruir la mentalidad y forma de vida de una comunidad rural como el mundo intelectual y espiritual de un individuo.29 En este caso, el de un molinero llamado Domenico Scandella, apodado por sus conocidos como Menocchio, nacido en 1532 y que vivió en la región de Friul, en el nordeste italiano. Menocchio se indispuso con la Inquisición (fue finalmente ejecutado, probablemente en 1600) y la voluminosa documentación que recoge su caso le permitió a Ginzburg descubrir gran parte de su sistema de creencias que, sin embargo, tomando en cuenta el contexto social en que vivió Menocchio, serviría de base para reconstruir la cultura y mentalidad de las clases inferiores en el mundo preindustrial.
Sin embargo, cabe destacar que la contextualización puede significar diversas cosas. En este sentido, la teoría más coherente del contexto es la funcionalista, cuyo aspecto más característico es centrarse en el contexto para explicar la conducta social, ya que para el funcionalismo el objeto de análisis no son tanto las causas de las conductas en sí cuanto la normalización de una forma de comportamiento en el seno de un sistema coherente que explica dicho comportamiento, sus funciones y su modo de actuar. Pero, a diferencia de la insistencia del funcionalismo en la coherencia social, los microhistoriadores se han centrado más bien en las contradicciones de los sistemas normativos y, por tanto, en la fragmentación, contradicciones y pluralidad de puntos de vista que hacen a todos los sistemas sociales fluidos y abiertos. De hecho, el estudio microhistórico, lo mismo que la nueva historia cultural, han demostrado que los cambios se producen mediante estrategias y elecciones mínimas e infinitesimales que actúan en los intersticios de sistemas normativos contradictorios. De este modo, estamos ante un auténtico giro de perspectiva en la historiografía europea, pues acentúa las acciones más nimias y locales para mostrar las brechas y espacios abiertos por las complejas incoherencias de todo sistema social.
En definitiva, la microhistoria, tal como la han definido en el llamado viejo mundo, no pretende sacrificar el conocimiento de los elementos individuales a favor de una generalización más amplia y, de hecho, insiste en la indagación de las vidas y acontecimientos particulares de las personas. Pero, simultáneamente, intenta no rechazar todas las formas de abstracción, pues los hechos mínimos y los casos individuales pueden servir de fundamento para revelar fenómenos más generales. De allí la revalorización que ha hecho de los estudios de historia local y del llamado espacio local. Pero teniendo el cuidado, como en el caso latinoamericano, de explicitar la idea de que la contraposición entre lo general y lo particular no se solventa, desde luego, sin una ligazón entre lo uno y lo otro que permita apreciar lo particular como un caso de lo general.
NOTAS
1.-Vid. Luis González González: Invitación a la microhistoria. México, Secretaría de Edu – cación Pública , 1973 (Col. Sep/Setentas, 72), pp.15-21
2.-Ibid.,pp.21-26
3.-Luis González González:”Microhistoria y Ciencias Socales”, en Historia Regional. Cara
cas, Fondo Editorial Tropykos, 1986 (Col. Serie Estudios Regionales, 1), pp.15-16
4.-Ibid., p.17
5.-Ibid., pp.17-18. Cfr. Luis González González: Nueva invitación a la microhistoria. México, Fondo de Cultura Económica, 1982, pp.39-43; Luis González González: Invitación a la …Op.Cit., pp.33-41
6.-Luis González González: Invitación a la…Ibid., p.27
7.-Idem.
8.-Ibid., p.28
9.-Idem.
10.-Ibid., pp.29-33
11.-Ibid., p.29
12.-Luis González González: Nueva invitación…Op.Cit., pp.38-39
13.-Luis González González: “Microhistoria y Ciencias Sociales”, en Historia…Loc.Cit., p.15
14.-Ibid., pp.23-24
15.-Jim Sharpe: “Historia desde Abajo”, en Peter Burke (editor): Formas de hacer historia.
(José Luis Gil Aristu, trad.). 2da. reimpresión de la 1ra. ed. en castellano. Madrid, A – lianza Editorial, 1996 (Col. Alianza Universidad, 765) (Original inglés: New Perspectives on Historical Writing. London, Polity Press-Basil Blackwell, 1991), pp.45-48; Julio
Aróstegui: La investigación histórica. Teoría y método. 2da. ed. Barcelona (España), - Crítica, 2001 (Col. Crítica/Historia y Teoría), pp.160-165
16.-Vid.-Julio Aróstegui: Ibid. ,pp.134-136; Giovanni Levi: “Sobre Microhistoria”, en Meter Burke (ed.): Formas de hacer…Op.Cit., pp.119-122
17.-Giovanni Levi: Ibid., pp.119-120
18.-Vid. Julio Aróstegui: Op.Cit., pp.137-147
19.-Véase: Ibid., pp.148-155
20.-Véase: Ibid., pp.155-163; Jim Sharpe: Loc.Cit., pp.38-58
21.-Vid. Giovanni Levi: Op.Cit., pp.122-123
22.-Ibid., p.123
24.-Vid. Giovanni Levi: La herencia inmaterial. Madrid, Alianza Editorial, 1990 (Original italiano: L’ eriditá inmateriale: corriera di un esorcista nel Piemonte del Seiciento. Torino, Einaudi, 1985); Carlo Ginzburg: Pesquisa sobre Piero. Barcelona (España), Gedisa, 1984 (Original italiano: Indagani ni su Piero: il battesimo, il ciclo di Arezzo. La flagellazione di Urbino. Torino, 1989); Piero Redondi: Galileo Herético. Madrid, Alianza Editorial, 1990 (Original italiano: Galileo eretico. Torino, Einaudi, 1983)
25.- Luis González González: “Microhistoria y Ciencias Sociales”, en Historia…Op.Cit.,
p.20. El subrayado es nuestro
26.-Josep Fontana: La historia después del fin de la historia. Barcelona (España), Crítica, 1992, p.19
27.- Clifford Geertz: La interpretación de las culturas. Barcelona (España), Gedisa,1992 (Original inglés: The interpretation of cultures. New York, 1973), p.28
28.-Giovanni Levi: “Sobre Microhistoria”, en Peter Burke (ed.): Formas de hacer…Loc. Cit., p.137
29.-Vid. Carlo Ginzburg: El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI. Barcelona (España), Mulimick, 1981 (Original italiano: Le fromagie i vermi. To-Rino, Einaudi, 1976)
Memoria y Utopía
Ramón Rivas Aguilar
ULA-Mérida
Contaba el abuelo Pedro Aguilar que el hombre de 'carne y hueso: el que ríe, sufre, llora y canta, desaparece ante la vanidad y pompa de los relatos universales. La memoria con sus sueños, quimeras y fantasías-, recorre aquel tiempo en el que hombres y mujeres disfrutaban con placer de los rigores y la belleza de la vida. Era lo pequeño de nuestra época lo que hacía del espíritu un momento trascendente en el que el trabajo, la disciplina, el juego y los amores animaban todo nuestro ser para construir un destino en esos bosques, montañas, cordilleras y ríos. Cuando viene a mi mente tantos recuerdos de esos días maravillosos, evoco a un gran pensador de España: Miguel de Unamuno que, en su desesperación, dijo una frase que se irradió por todo el planeta: "¡Oh, Dios es el hombre, el de carne y hueso, el que camina entre las veredas el objeto de la filosofía!" Nacía así la intrahistoria. Estoy hoy aquí ante ustedes para compartir, en esta hermosa ciudad, la vida oculta y silenciosa de un pueblo, que ví nacer hace 54 años. Sólo recojo, a retazos, algunos de esos instantes que revelan la intensidad de un alma por devolver, desde el presente, añoranzas que forman parte de nuestra pequeña historia. Es la casa 148 la que recoge los recuerdos de a fantasía que ha estado presente desde la historia de la humanidad: La edad de oro.
La casa 148.
La casa número 148 albergó los imaginarios revolucionarios del siglo XX. En sus pasillos, corredores, cuartos y patio se percibe aún las huellas de' aquellos seres legendarios que estrell1ecieron la civilización mercantil de occidente. Sigue siendo una casa modesta, invulnerable ante la inclemencia del' tiempo. Su construcción es de barro, bloque y su techo es de zinc. En la mitad del patio de tierra, aún permanece una aguacate. Poseía, además, un naranjal que impregnó de belleza este pequeño lugar. Se podía disfrutar de sus californias y sus nidos, de las hermosas reinitas y coronitas y del canto religioso de sus tórtolas. En el zinc se emplazaba una antena de alambre, fruto del ingenio artesanal carvajalense, que captaba cualquier sonido de este bendito planeta. Fue el vínculo de Carvajal con el mundo universal. Sólo una hermosa paraulata se convirtió en verdadera sinfonía de nuestros bosques. Al fondo del patio, un árbol de aguacate fue siempre usado como una atalaya para descubrir la riqueza geográfica de las siete colinas, del relámpago del Catatumbo, de la tierra de las nubes y del imperio del oro negro. Cerca de este árbol, se encontraba una guafa que fue lugar predilecto de las exóticas serpientes. Su límite natural era un hermoso jardín que imitaba los colores del arco iris. El Ikako, era el fruto que sólo los dioses podían saborear en su lecho divino. Pero la fascinación de la casa 148 fue un hermoso pino sembrado cerca del baño: para mí, símbolo de los vientos y del sentimiento libertario. Ese pino producía unos sonidos suaves que estimulaban el sentimiento de rebeldía y acratismo. Las coronitas, avecillas de color negro y amarillo, le daban un toque delicioso al pino hasta que "el fin de las ideologías" lo despojó de sus raíces. Aún quedan vestigios en sus paredes: retratos que reflejan bosques y paraísos' y un viejo escaparate del siglo XVI. En la escuálida biblioteca, sofocada por los enemigos de la fantasía, queda un viejo libro sobre la conferencia mundial de los partidos comunistas en el mundo, celebrado en 1969, en Moscú. El cuarto de Libia Aguilar, es un santuario religioso lleno de vírgenes y cristos. El cuarto de mi hermano menor, recoge un ambiente parecido del olimpo de los dioses. En otro de los cuartos, hay un retrato que simboliza el rostro de la España musulmana. En la sala permanece un viejo radio Telefunke, comprado a aquellos comerciantes de "Las mil y una noches". Fue la casa de los juegos, la utopía, los sueños y la religiosidad. La utopía y el paraíso eran los dos pilares de este pequeño lugar, alejado del universo. De la casa 148 salían las estrategias políticas para convencer al municipio de Carvajal de las bondades del comunismo. Hicimos cosas terribles: quemábamos imágenes religiosas y pintábamos la Iglesia con consignas salvajes y paganas. Las paredes de ese entorno sagrado la llenábamos de slogam que atacaban a Dios, la Iglesia y la propiedad privada. El sarampión del comunismo penetró en nuestras almas rebeldes a través de una revista Bohemia que nos regaló el maestro Luis Rangel.
En la campaña electoral de 1968 apoyamos al partido Unión para que nuestra organización peculiar avanzara desde la meseta de los truenos. La propaganda la buscábamos en una bicicleta fabricada por Mata de Coco para llenar las paredes en el Municipio con nuestro candidato presidencial. Para algunas familias éramos los demonios del gran Satán. La abuelita del Palomo nos calificaba el Gengis khan del trópico. Todo lo destruíamos y lo devorábamos en favor de la revolución. Por cierto, Cacheta y Fijo, que distribuyeron el material revolucionario por mucho tiempo, trabajaban en el correo. En esa primera etapa, Cuba, Vietnam, Fidel, El Che y la música de rock and roll cubrieron nuestras expectativas revolucionarias. Fue la década de lo sesenta. Nuestra geografía quería ser parte de los vientos de cambio en el mundo Nuestras cordilleras y montañas las inundaron esos héroes míticos de la revolución. Contábamos con un secretario que llevaba cuenta de la cotidianidad de la utopía en esas largas caminatas por las montañas. El Largo, consecuente y fiel con esa vieja idea de sembrar el paraíso en la meseta de las lluvias, describía todos los pormenores de nuestro acontecer revolucionario en su libro, hasta palabras obscenas. En una oportunidad hacíamos campaña política por Mao en el Alto de la Cruz. Cayó un palo de agua. Como líder del grupo, apelé a las tesis de Mao. Cuando comencé a leerlo, todos desaparecieron. Luego gritaron: "Eso es en China". Otro día, jugábamos béisbol en la Loma del Medio. El pelotero más malo era El Cabezón Pérez. Sin embargo, era muy astuto para que no lo sacaran del juego. Me gritaba desde Dogaout: "¡Lapo por Mao!" Por supuesto, no lo sacaba del partido: la adulancia también llega a la utopía.
El Libro Rojo de Mao abrió el sendero revolucionario en el imaginario de aquella generación que se reunía en la casa número 148. Fue un periodo grato en el que nos conectábamos con las luchas revolucionarias del tercer mundo. Carvajal se inundó con publicaciones chinas. Las obras escogidas de Mao Se Tung, la Revista Pekín Informa y la China Ilustrada, los bellos textos de la historia antigua de China y Vietnam fueron parte de, la cultura libresca del comunismo carvajalense. Llegamos hasta a solicitar los trajes adustos de la revolución China. Estábamos con la China comunista en la pelea contra la Rusia stalinista. La teoría de los tres mundos de Mao era nuestra Biblia revolucionaria. Un día, de Siberia, llegó a Carvajal el jefe de la Revolución Rusa: Lenin. Las obras escogidas del gran revolucionario ruso ampliaron nuestro horizonte político. Lenin, Mao, Trosky, Stalin Ho Chi Min, Fidel, El Che quebraron la paz de aquel mundo embellecido por el arco iris. Los paisanos miraban con terror y envidia la casa número 148. Asimismo, formamos parte de la Revolución socialista de Chile bajo la guía de Salvador Allende. Desde Chile, me enviaron las' obras completas de León Trosky; desde ese día me hice troskista. Se trataba ahora de defender la revolución mundial del stalinismo. De esa vivencia revolucionaria quedó como último discípulo: Sacramento, el terror de las motos. En palabras de mi amigo Alexis Berríos, Sacramento, en un momento de lucidez, llegó a decir: "Sigo resistiendo". La casa número 148 dejó de ser el símbolo de la pasión revolucionaria de toda una generación. Desapareció aquel pino que representaba la esperanza de cambio de una época. Hoy, todo es evocación. Sólo queda allí, como una placa de automóvil, el número 148, ilusión del Edén. El viejo Nava siempre nos decía: Lapo todo es ilusión como dijo Calderón de la Barca «La vida es sueño».
Esta Memoria en cuatro tiempos contiene lo que tanto fascinó a Miguel de Unamuno y a Luis González: la intrahistoria y la microhistoria. Lo pequeño como esencia de lo cotidiano, tan importante como la historia universal misma. Fellini, el cineasta italiano, deja estas palabras: "Estoy contando mis fantasías, mis historias. Estoy tratando de contar lo que he visto". De eso se trata. De que cada uno cuente su historia...
¡Muchas gracias!
Una Historia que Hace Historia
Soraya Prieto de Colmenares
Zuly Méndez Rivero
UNESR, Núcleo Valera
Hemos conquistado en el presente siglo una nueva manera de mirar el saber y esto significa, entre otras cosas, conjugar una diversidad de escenarios, donde los cambios de paradigma han permitido un sin fin de reflexiones sobre el ser humano y su relación en y con el mundo, lo cual supone una nueva manera de enfocar los antiguos problemas, o tal vez un nuevo modo de saber que responde a nuevas formas de construir y reconstruir el conocimiento. Entendiéndose, que el conocimiento es una construcción simbólica subjetiva del mundo social y cultural, que deviene de la integración vivencial que se logra a través de la experiencia de vida de lo social y que conduce a la comprensión de procesos, fenómenos o contextos desde su realidad.
En esta nueva manera de concebir el saber, se encuentra una nueva manera de investigar, estamos hablando del Paradigma de Investigación Cualitativa, el cual se asienta en una realidad construida a partir de las interrelaciones entre los seres humanos, donde el interés se ubica en la aprehensión de lo significado de lo vivido. Más aún, se caracteriza por ofrecer una comprensión minuciosa de los acontecimientos ocurridos en contextos especiales específicos, pues tal como expresa Montero (citado en González, 1990) “consiste en descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y comportamientos que son observables. Además, incorpora lo que los participantes dicen de sus experiencias, actitudes, creencias y pensamientos tal y como son expresados por ellos” (p.81)
Es importante destacar, que desde este paradigma, la investigación se concibe como un proceso que nace y se consolida en aspectos epistemológicos y ontológicos que se encuentran interconectados entre sí y que hacen referencia al sentir humano, a la construcción de sus saberes y a la convivencia con el otro. Se trata de comprender al Ser dentro de su contexto referencial, así como describir, interpretar y comprender el significado de su realidad. En otras palabras, la realidad es vista de manera compleja, dinámica, construida socialmente; el conocimiento y la subjetividad surgen de y en la interpretación. Los valores, intereses, motivaciones de los actores involucrados se manifiestan a lo largo del proceso, y los métodos y técnicas utilizados permiten reconstruir el significado a partir la relación que se desarrolla entre los sujetos que la conforman.
Atendiendo a este argumento, la investigación cualitativa puede ser considerada como un proceso que lleva como horizonte la búsqueda del saber desde el encuentro del ser con su ser, con el hombre mismo; es decir el entendimiento de las transformaciones y cambios sociales desde sus propios significados, donde se reivindica al hombre como actor principal del saber individual, e inexorablemente, del saber colectivo. Recordemos, que los métodos cualitativos son accionados por una intención científica cognoscitiva, pero que su justificación, tal como plantea Ferrarotti (1991) descansa esencialmente en una opción metateórica de naturaleza moral que hace referencia a una concepción de la ciencia como empresa humana, tendiente a resolver problemas y preguntas de la sociedad (p.142).
Así encontramos diferentes métodos de investigación cualitativa, entre ellos tenemos el Método Historia de Vida, el cual se constituye en hechos, realidades humanas como fenómenos en constante tensión y productoras de sentido; pues, supone una narración que busca develar, a través de la historia personal, un tiempo histórico con determinadas sociales y culturales que atienden al significado de una experiencia de vida, al respecto, Villarroel (1999) plantea, lo esencial de este método de investigación es que permite un acceso privilegiado a lo social vivido en tanto proceso mediado por acontecimientos históricos. En otras palabras, permite tender un puente entre el conocimiento de lo particular, en término de lo vivido relatado por el actor social, y el conocimiento de lo general, es decir, las características, condiciones y eventos del contexto social e histórico en el cual transcurre o transcurrió en la vida que narra su historia (p.13)
Al utilizar este método se debe considerar cuál es el carácter de los fenómenos que se desean comprender y cuáles son las características de las personas que están involucradas en el proceso; es decir, la esencia de la investigación se encuentra en la existencia vivida por los actores sociales, asimismo la aprehensión de los valores, intereses, creencias, significados e interpretaciones del propio sujeto. Además, nos permite el uso descriptivo, interpretativo, reflexivo, sistemático y crítico de los documentos de la vida, quienes describen momentos puntuales de la existencia, estos documentos incluyen autobiografía, biografía, diarios, narraciones de vida, narraciones de historias personales, entre otros.
ü A través de la autobiografía el hombre se reconoce a sí mismo en la búsqueda de su ser a través de la historia, historia ésta escrita por él mismo, contiene la autorreflexión y la autocrítica, desde la propia mirada; pues, se trata del reflejo de su propia imagen. En otras palabras, atiende a la autodefinición de la existencia propia. En la autobiografía aparece como un nuevo modo de ser, como consecuencia de la reflexión
ü La biografía, es la historia de la vida de una persona, vista desde la mirada del otro, es la imagen elaborada por una persona ajena. Bio significa el tiempo del curso de la vida; la biografía no puede cambiar al sujeto, porque es una visión desde el otro.
ü Las narraciones, son relatos ofrecidos por actores que comparten un mismo escenario, con cierto núcleo de verdad relacionados con cierto tiempo, permiten cotejar y establecer veracidad y confiabilidad en el relato biográfico
El método biográfico deja sin efecto la separación, el verdadero desnivel de poder que se intercambia entre el investigador y el investigado, es decir se da un proceso de interacción. Las biografías dan ese sentido local de la vida, que en ningún otro modo es posible reconstruir. Las biografías, según Ferrarotti (ob., cit.) consienten el acceso a esos cambios culturales dentro de los cuales el conocimiento de sí y del otro entra en interacción (p.131)
En la historia de vida se da testimonio de la vida interna de un ser, sus esfuerzos éticos, sus éxitos y fracasos, su lucha por realizar su misión en el mundo. Para Villarroel (1999) una historia de vida es un documento de tipo personal, en esencia es un relato amplio y detallado que recorre la experiencia de vida de un sujeto que al tiempo que cuenta su historia personal, cuenta también la historia de su comunidad, de su cultura, de su sociedad (p.9) Entonces, la historia de vida es una manera diferente de acercarnos a una cierta verdad de un pueblo, contenida en la experiencia de una vida, permitiendo identificar y conocer el desarrollo de procesos sociales e históricos, así como las representaciones de una comunidad cultural.
A través de los hallazgos de las historias de vida podemos hacer afirmaciones particulares sobre comunidades desde la perspectiva de una persona, pues el ser humano recibe una cultura, la aprehende, la interioriza para después producir su síntesis particular, su original movimiento histórico además, si la esencia del hombre está en su realidad, en su cotidianidad y como nos dice Ferrarotti, (ob.,cit) “lo cotidiano pide el derecho de existencia histórica” (p.73), y lo más importante es que la cotidianidad subsume la historia.
Una historia implica la narración de eventos en los que se proyectan los valores humanos y los patrones y normas significativas de una cultura particular. Esta narración entrelaza, eventos, descripciones, acciones y situaciones, convirtiéndolas en historia que al ser contada y registrada traduce un modo de conocimiento o una manera de conocer que nace del significado de las interrelaciones que se gestan entre los seres humanos; las historias son modos de interpretar y reinterpretar los eventos mediante la construcción de patrones y es a través de los datos recabados en las historias de vida que se induce y se genera teoría
La Historia de Vida posibilita explicar las acciones a través de las concepciones de sus protagonistas, en la recolección de biografías se produce la inserción del investigador en el contexto, como dice Gadamer (1996) de “un proceso de transmisión histórica en el que continuamente pasado y presente se sintetizan (p. 340). La contextualización es la necesaria red de fondo, la trama en la que se insertan y se encuadran, adquiriendo todo el significado de preciosos, indispensables fragmentos del mosaico general, las específicas historias de vida y como ha dicho Ferrarotti (1991) “la necesidad de la contextualización reposa sobre el carácter selectivo de la memoria de los individuos” (p.159)
Más aún, en las Historias de Vida hay algo fundamental “el nexo entre contexto y tiempo y simétricamente, entre tiempo y vivencia. Cada contexto tiene una específica temporalidad, un ritmo evolutivo, el tiempo de su movimiento. Por otro lado, cada Historia de Vida es una vivencia en el marco de su temporalidad.
En consecuencia, podemos decir, que una Historia de Vida no es solo una secuencia de acontecimientos; es un mundo que se desarrolla y se despliega bajo nuestra mirada, bajo nuestro oído, entre nuestras manos. La información es subsumida en una conexión de naturaleza histórica. La historia entendida en el plano de lo vivido. Generalmente, los autores de los procesos históricos no tienen rostro, corren el riesgo de la intercambiabilidad anónima del maniquí. La base de la experiencia humana
En realidad no es la historia la que nos pertenece sino que somos nosotros los que pertenecemos a ella. Mucho antes de que nosotros nos comprendamos a nosotros mismos en la reflexión, nos estamos comprendiendo ya de una manera autoevidente, en la familia, la sociedad y el estado en que vivimos. Para Gadamer (1996) “los prejuicios de un individuo son, mucho más que sus juicios, la realidad histórica de su ser” (p.344). De allí que se plantea, redescubrir el método historia de vida como un camino para conocer la historia de los pueblos, por lo tanto, decimos que es una historia que hace historia y como ha dicho Miguel Barnet, en Biografías de un Cimarrón “aunque mi trabajo, como es evidente, no es el de un historiador. Hay historia porque se trata de la vida de una persona”
Bibliografía
Córdova, Víctor (1990) Historias de Vida. Una metodología alternativa para ciencias sociales. Venezuela: Editorial Tropykos
Ferrarotti, Franco (1991) La historia y lo cotidiano. España: Ediciones Península
Gadamer, Hans-Georg (1996) Verdad y Método. España: Ediciones Sígueme. Vol. 1.
González y Otros (1992) Historia regional. Caracas: Editorial Tropykos
Kuhn, Thomas (1992). La estructura de las revoluciones científicas. Venezuela: Fondo de Cultura Económica.
López y Otros (1996) La historias de vida y la investigación biográfica. Madrid: UNED
Vilarroel, Gladis (1999) Las vidas y sus historias. Cómo hacer y analizar historias de vida. Caracas: Editorial Psicoprisma.
Localidad Aparente
MSc. Federico Villalba Frontado
Pedagógico de Caracas
Estos materiales que hoy presentamos de manera resumida, forman parte de un conjunto mayor denominado "Las Guerras del siglo XXI": Hidrocarburos, Agua, Biodiversidad. Localidades aparentes son extractos de noticias de tres comunidades1 ubicadas en tres continentes: Asia (India), África (Kenia) y América del Sur (Perú). Coincidencialmente todas miran al Sur, y si desplegamos el Mapamundi como un Planisferio, las podemos ubicar en los triángulos que forman India, África y América del Sur. Hablando con objetividad ellas no se conocían ni mantenían vínculos entre sí. Las aldeas aparentes son localidades remotas que han vivido históricamente con su entorno; y su cosmovisión difiere de los patrones y paradigmas que se le han venido imponiendo desde la irrupción del capitalismo por estos lares, a fines del siglo XIX. Las tres están unidas por su género de vida que comprende entre otros usos y simbologías, una terapia ancestral como base de la medicina y de la curación.
A. EL ÁRBOL DE LA VIDA O SARGA ROGA NIVARINI
La aldea india depende mucho de un árbol llamado NEEM, (o NIM), "árbol bendito" y "sanador de toda enfermedad", que aparece reseñado en el UPAVANAVINOD, un antiguo tratado Sánscrito dedicado a silvicultura y agricultura.
El UPAVANAVINOD, menciona al Neem para el cuidado de las tierras, de las plantas, de los animales enfermos. Sus residuos de semillas sirven para alimentar el ganado y a las aves; sus hojas aumentan la fertilidad de la tierra. Es un potencial insecticida, eficaz contra más de 200 insectos2. Pero usted también puede usar al Neem como dentífrico. En fin, es un árbol integral e integrado al alma de la aldea.
Además, el Neem es extremadamente resistente; tiene la capacidad de adaptarse a las condiciones más adversas o a viajar a otras latitudes como a3 Kenia y a Venezuela, en donde ya se le usa como bioplaguicida. Es un árbol milenario asociado a las culturas del Indo (Mohenho Daro y Harappa) que dieron origen a la India; el árbol del Neem ha sido datado más allá del 4500 AC. Y se le conoce como "el árbol de la vida". Es "sanador de toda enfermedad", "Sarva Roga Nivarini" en la cultura Sánscrita. Pasa a la tradición musulmana como "árbol bendito", o "Shajar e Mubarac".
El acceso a los diversos productos de este "árbol bendito, siempre ha sido gratuito o a muy bajo precio. Existen más de 14 millones de árboles de Neem en la India y las técnicas tradicionales de extracción de aceite de las semillas y emulsiones plaguicidas, no requieren de ningún equipamiento técnico. ¿Fin de la historia? No. Ahora es cuando comienza la historia porque lo anterior era la "prehistoria del capital".
Ocurre que en 1971, Robert Larson, importador de madera estadounidense, observó la utilidad del Neem en la India y se llevó algunas semillas a la oficina central de la compañía, ubicada en Winconsin (EUA). Durante la década siguiente llevó a cabo pruebas de rendimiento del extracto plaguicida del Neem, ahora llamado MARGOSAN - O. En el año 1985 recibió la autorización del Organismo para la Protección del Medio Ambiente de EUA (EPA); tres años más tarde vendió la patente del producto a una compañía química internacional: W.R. Grace and Co, New York.
En Diciembre de 1990, esta empresa agroindustrial multinacional y el Ministerio de Agricultura de EUA, registraron una solicitud de patente europea en la OEP (Organización Europea de Patentes), con sede en Ginebra, la cuál comprendía un método para combatir infecciones en las plantas mediante un aceite hidrófobo extraído del Neem. Después de un proceso de estudio controvertido, y a pesar de grandes protestas populares, el 14 de Septiembre de 1994 se hizo pública la patente de una concesión europea. El Neem fue patentado a pesar de su uso histórico, durante milenios, y de su expansión en toda la cultura india y hacia otras latitudes; mientras tanto, en EUA, W.R. Grace ejerce el derecho de "obtentor"exclusivo4. Afortunadamente más adelante y gracias a la intervención de Organizaciones no Gubernamentales y a fuertes protestas populares, se ha logrado detener, momentáneamente el acoso de estas transnacionales.
No obstante, más de doce empresas de EUA y Japón patentaron en EUA fórmulas de soluciones y de emulsiones a base de Neem, incluyendo un dentífrico de W.R.Grace, empresa que es titular de cuatro de esas patentes. Tres más pertenecen a otra compañía de EUA de nombre Native Plant Institute, y otras dos patentes pertenecen a la empresa japonesa Terumo.
Hoy se calcula que alrededor de 7000 plantas, que constituyen la base de la medicina Ayurvédica tradicional de la India, están siendo sistemáticamente patentadas.
Luchemos para que el Neem no se transforme en una "mercancía", lo usocialicen" las transnacionales de la biodiversidad porque en vez de ser "Sarva Roga Nivarini" o "Sajar mubarac" será la "cápsula maravillosa" las grandes cadenas farmacéuticas, luciendo el pomposo y anglosaxo nombre de "Grace Miracle Tablets", o encontrarse en un supermercado etiquetado como dentífrico que deja los dientes más blancos e inmaculados que el vestido de Blanca Nieves.
B. PLANTAS BIOPIRATEADAS EN ÁFRICA - EL PRUNUS.
El sistema de medicina tradicional africano utiliza la biodiversidad como parte integral de un proceso de curación espiritual, que incluye una ética ambiental y un sistema de creencias ancestrales que le dan su especificidad a la cultura africana subsahariana.
Se estima que entre el 70% y el 80% de la población africana depende de la medicina tradicional y de la variedad de plantas y animales en que esta se basa, y para ellos la conservación y uso sustentable de la biodiversidad es de vital importancia. En muchos casos, esos productos han sido patentados por empresas de los países industrializados, sin la más mínima consideración de los derechos de los poseedores originales de esos conocimientos, tecnologías y terapias ancestrales.
El sistema de patentes no sólo permite que se ejerza piratería de la medicina tradicional sino que se hace estas hierbas menos accesibles, incluyendo la escasez artificial, como ocurre con la tradicional Prunus africana, una especie de palma datilera utilizada para curar enfermedades como la prostatitis.
Según leemos en un documento (Observatori del dente / / cas/p 36): "La explotación del conocimiento tradicional, a manos de los actores más poderosos de la economía mundial utilizando nuevas tecnologías, es hoy un gran negocio que protege sus ganancias mediante patentes".
El saber tradicional africano ha sido empleado para identificar y desarrollar muchos productos comerciales de uso médico, alimenticio y agropecuario. "...En muchos casos, esos productos han sido patentados por investigadores o por empresas de los países industrializados, sin la más mínima consideración por los derechos de los poseedores originales de esos conocimientos o tecnologías" (ídem).
El documento citado, no solamente alude a la piratería transnacional de la biodiversidad tradicional africana, sino a los efectos socioeconómicos que conducen a la agudización de la pobreza. La patente del prunus africano ha hecho posible la exclusión de las grandes mayorías debido al aumento de precios y a la escasez que se ha producido por el incremento de la importación del producto hacia otros continentes. La concentración monopólica del mercado de fármacos modernos, coloca el sistema de salud fuera del alcance de la mayoría de los pobres.
En África, al igual que ha venido ocurriendo en otras localidades de América y Asia, la recopilación de plantas medicinales ocurre a ritmos que superan su regeneración natural, generando riesgos de extinción en algunas de estas especies. A medida que el mercado de productos naturales y de hierbas medicinales de procedencia africana crece, tanto en EUA como en Europa, como en el caso de la corteza de Prunus africana, utilizada con éxito para tratar la prostatitis, aumentará los precios sobre esos recursos, agudizando, al mismo tiempo, la pobreza de esas aldeas.
C. LA REGIÓN ANDINA, CAPITAL MUNDIAL DE LA BIOPIRATERÍA.
Isabel Bermejo ("Las patentes sobre la vida". 10/02/2001. p.4) califica al sistema de patentes como un proceso que legitima a la piratería biológica a gran escala, profundiza el monopolio, la concentración del capital y, sobre todo, mercantiliza a todo lo que huela a vida, incluyendo a la riqueza genética del Tercer Mundo, el cual posee más de las cuatro quintas partes de los recursos biológicos de la tierra. Refiriéndose a las comunidades locales de la región andina, la autora confirma lo que hemos venido sosteniendo acerca de la cosmovisión, patrones y usos ancestrales no occidentales, en franca contradicción con el modelo mercantilista de explotación.
"...En los Andes, uno de los centros de diversidad del maíz y de la patata, los campesinos conversan con la madre tierra, y con las papas y el maíz que son sus hermanas, y la crianza de su diversidad es parte de su cultura y su cosmovisión. Y el conocimiento de las plantas y ritmos que requiere la crianza de los bienes de la naturales, y su buen uso (lo que los occidentales llamaríamos ecología y gestión sostenible) constituye un impresionante legado colectivo de las comunidades locales"....)
En Perú se han otorgado patentes a empresas de EUA sobre el fríjol Nuña (que se infla), la Ayahuasca, la Quinua, el Yacón, y, últimamente sobre la Maca, una planta muy resistente que entre otras propiedades nutritivas, mejora las funciones sexuales y es considerado un "viagra" natural.
La Maca crece en las tierras altas y tiene más tolerancia al frío que cualquier otro cultivo en el mundo. Sus raíces tuberculosas se pueden comer frescas o secarse y almacenarse para ser consumidas posteriormente. La Maca es fuente comestible de nutrientes y es valuada como complemento natural para mejorar las funciones sexuales y la fertilidad. La demanda de Maca continúa creciendo en EUA, Europa y Japón.
Diversas organizaciones de campesinos y pueblos indígenas, reunidas en la sede del Foro Ecológico de Lima (Perú), en el año de 2002, denunciaron el otorgamiento de patentes estadounidenses sobre la Maca y otros cultivos alimenticios que ya hemos mencionado.
Los "obtentores" de patentes aseguran que ellas son invenciones "novedosas" para justificar la patente, desconociendo que se trata de recursos tradicionales indígenas que forman parte de su acervo histórico. Transmitido de generación en generación y, por lo tanto, perdido en las raíces históricas de estos pueblos y naciones.
En 1989 el Consejo Nacional de Investigación de los EUA etiquetó la Maca como uno de los cultivos "perdidos de los Incas". Los años recientes han visto un auge de la Maca debido al interés farmacéutico en este arbusto, tan resistente como el Neem y la Prunus africana.
En estos tres casos, y en una breve lista jocosa que servirá de cierre a esta presentación, las patentes se han obtenido bajo el alegato de "invención novedosa", una frase que se ha incorporado a las normas contenidas en los acuerdos propuestos por la Organización Mundial del Comercio, y manejado además, por oficinas especializadas en el otorgamiento de patentes . Pero ilustremos esto mejor, pues es la clave de Aldeas Aparentes.
Por "invención novedosa" se entiende toda manipulación de la especie viva que pueda resultar en un invento: una metodología distinta en el tratamiento del producto, la producción de una variedad, la inserción de un gen que produzca un híbrido, la obtención de un aceite del Neem o la elaboración de un fármaco a partir del Prunus o de la Maca, manipulando la materia prima y transformándola hasta producir algo diferente que se pueda presentar para reclamar, a partir de allí, los derechos del inventor.
La industria biotecnológica recurre a los más variados trucos para obtener estos derechos, los cuales se legitiman con las patentes. Estas empresas han reclamado patentes sobre genes, sobre material biológico o sobre los propios seres vivos y su descendencia. Ellos afirman que el hecho de aislar de su entorno natural o de reproducir la materia biológica constituye un paso inventivo, que automáticamente convierte en inventor a quien cuente con los medios adecuados para secuenciar y reproducir en el laboratorio fragmentos de ADN, o hacer un cultivo de células. Pero esto no se detiene aquí porque a este supuesto paso inventivo le sigue la norma que lo legitima. En efecto, la Unión Europea (UE) ya ha introducido una nueva normativa sobre patentes, llamada directiva 98/44/CE.
De manera que las aldeas aparentes quedan incorporadas a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el capítulo sobre patentes conocido como Acuerdos ADPIC, es decir, lo relativo a derechos sobre la propiedad intelectual. Curiosamente estos derechos de propiedad intelectual forman parte de la Agenda OMC, del ALCA y de las Agendas que los agentes del comercio de EUA llevan en su portafolio a todos los escenarios del mundo.
Nosotros constatamos que en Maharashtra, el estado de la India donde se ubican algunas de estas aldeas aparentes, grandes empresas biotecnológicas y alimenticias, como Dupont y Monsanto, obtentores de patentes, intentan cobrar royalties o regalías a los campesinos por el uso de semillas patentadas por ellos. Del mismo modo intentaran cobrar, en un futuro, por sembrar Neem, por tener Prunus en el patio, o por consumir raíces de Maca, no importa que este sea un genérico.
El fin que se persigue es poder controlar toda la cadena agroalimentaria, incluyendo el transporte y la distribución de los productos como ocurre en Maharashtra5, en donde Enron cobra la luz, Monsanto vende las semillas y Coca Cola compró un lago para embotellar su espirituosa bebida. La lista jocosa de patentes que corresponden a nuestra vida cotidiana está presente en el menú de cualquier restaurant o taguara. Las patentes están presentes en la paella (arroz) en el pollo (más de 500 patentes sobre secuencias genéticas del pollo); en el pescado (secuencias genéticas del salmón y del atún); en la ensalada (incluyendo al tomate o a las zanahorias) a las frutas (naranjas, kiwi, manzanas); y para no hacer tan larga la lista, detengámonos en el café, cuyas secuencias genéticas han sido obtenidas por la Nestlé y la Universidad de Hawai.6
El balance final de todo esto lo dejamos en manos de Isabel Bermejo ("Patentes Biotecnológicas. 2004 / p.5; para quien, en un futuro previsible el proceso de fusión culminará con la entrada en escena de los gigantes de la alimentación (Nestlé, Philip Morris, Unilever, Pepsico, Coca Cola), completando la integración vertical del sector que consiste en el control de la producción de alimentos desde la semilla hasta la mesa. Pero la agroindustria no corre riesgos, estos lo asume el campesino (en Asia, África o América del Sur) en este nuevo esquema de "relaciones contractuales" que él no ha buscado:
"...En este esquema, el agricultor se convierte en mero peón de la agroindustria, aunque eso sí, corriendo con los riesgos de pérdidas si viene un año seco, o si el rendimiento de una variedad manipulada genéticamente no es el esperado, o si resulta que es peligrosa para la salud del consumidor o para el medio ambiente, ya que la industria biotecnológica no quiere aceptar responsabilidad civil por los posibles daños de las variedades transgénicas".
No cabe duda. Las Aldeas Aparentes existen. Por ahora son virtuales porque la realidad es transnacional y globaliza a todas estas aldeas alrededor de una patente de explotación, patente de corso que permite manipular y llevar a estas comunidades a tribunales internacionales. Y esto no es aparente porque la norma es supraconstitucional.
Las Aldeas Aparentes serán reales cuando el Neem, el Prunus y la Maca se unan, y desde las aldeas salgan a recorrer el mundo para salvar vidas y no para llenar las arcas de una transnacional. La resistencia tiene que partir de un Foro Mundial que interactúe con los verdaderos dueños de la riqueza: las comunidades, capaces de brindarnos un café, como el escuqueño, sin patentes, sin royalties y sin miserias.
NOTAS
1. Pudiéramos agregar una cuarta, ubicada en Trujillo, en la medida en que se reúna mayor información. Por lo pronto lo manejaremos como noticia. En el Fundo Fandeo, zona productora de una quebrada afluente del río Jiménez, (subcuenca del río Motatán) fue detectado un ecocidio. Tala y cacería son dos plagas permanentes en las localidades del país.
2. En la Mancha (Septiembre de 2004. p-24) se menciona al Neem como bioplaguicida en una entrevista realizada a la Cooperativa Organopónica Bolívar, creada en Marzo de 2003, dentro de un plan de soberanía alimentaria para el país, en conexión con el Proyecto de Seguridad Alimentaria de la FAO. Junto con el clavel de muerto, la albahaca, la tabaquina, el jabón azul, se utiliza el Neem como plaguicida para repeler a los insectos. Se colocan en las esquinas de los canteros.
3. Viajó a Kenia hace más de cien años y ha ayudado a los aldeanos a curar innumerables enfermedades, quedando instalado como nativo e incorporado a la medicina tradicional africana junto con la prunus africana, la que cuenta también su propia historia.
4. Esta categoría de "obtentor" es de uso muy extendido en acuerdos y leyes que abarcan la agenda de la OMC y del ALCA. Acá en Venezuela se ha colado en la Ley de Semillas, aprobada en Marzo de 2004 por la Asamblea Nacional. De este modo se oculta la biopiratería u obtención de especies que están prohibidas en nuestra Carta Magna.
5. El caso de Maharashtra es tan significativo que valdría la pena, en otro ensayo, hacer una síntesis de la integración vertical de estas empresas que cada día se fusionan más, con el fin de controlar toda la cadena alimentaria, incluyendo energía eléctrica, agua y cultivos transgénicos.
6. Otro de los árboles emblemáticos del Tercer Mundo que ha sido atacado por el virus de la patentización es el Tamarindo. Hurgando un poco más en esto descubrimos su verdadera identidad que nos ha sido legada por la India. En efecto, se trata de un vocablo árabe - indio que traduce "dátil de la India" o tamr- indus; de donde "Tamarindo".
BIBLIOGRAFÍA
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BERMEJO, Isabel (2004). «La OMC al servicio de las Transnacionales » 17 de Mayo, www.bi*
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GRAIN. uLa enfermedad dei momento; trataditis aguditis5',
GUERRERO, Modesto Emilio. (2004) "ALBA, recuperación de una idea". Questión. N° 19. Enero. P.20.
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RIBEIRO, Silvia. (2003) "¿Ahora los biopiratas son los campesinos?". 30 de Mayo. P.p 3.
VELASQUEZ, Germán. (2003) ""Medicamentos: ¿derecho o mercancía?". Questión. N° 13. Julio. P.p. 14/15.
Microhistoria Desarrollo Dialógico de Saberes
Betty Santos Montilla
Carolina Patricia Alvarez de Ochoa
UNESR, Núcleo Valera
La Microhistoria, es la disertación exhaustiva de la vida de una colectividad. En la que, generalmente se presentan los hechos y personajes más importantes. Un aspecto característico a considerar en la microhistoria es que se estudian los hechos cotidianos, aunque no sean reveladores, y las personas comúnes y corrientes. Es decir, es un intento de hacer una historia dándole prioridad a todo lo que sin ser un gran acontecimiento ha instituido el quehacer usual de los habitantes.
Sin lugar a dudas, la Microhistoria es la fuente del recorrido que abre las puertas de la información al rediseñar sus propias redes de saberes. Los criterios de la veracidad científica del proceso microhistorico, pueden comprobarse con la enumeración de hechos; que se esculpen con las imágenes del pasado, a través del acopio de pruebas y testimonios de su existencia, las acciones de la gente humilde y la vida cotidiana, el estudio crítico de documentos, a través de la percepción del gentilicio. De hecho, la microhistoria debe llevar el sello comprensor de su hacedor.
Tratándose antes bien, de la esencia, la comprensión y reconstrucción de los fenómenos de un espacio específico; en un estudio y conexión del que enmarca el pasado-presente, con la intención de que se comprenda que los hechos del presente se explican con exactitud exclusivamente en la medida de la relación que tienen con el pasado. De manera que, el saber de la vida cotidiana e historia de la memoria colectiva de una sociedad, debe ser el producto que se genere de la indagación profunda, con el hombre que trata de comprender y de explicar el pasado en todas sus dimensiones. Para Medina, (191992: 28-31) Hoy la ciencias de la historia… busca la comprensión y explicación del “devenir de los hombres en el tiempo”, planteando lo que se pudiera llamar la necesidad de la historia y agregando a esta un papel mucho más significativo en el concierto de las Ciencias del Hombre… es por esto que el autor, señala que la historia es la memoria colectiva de los hombres, enmarcada siempre entre las magnitudes del tiempo y el espacio definido. Así mismo, argumenta que la construcción e interpretación con la que los hombres pretendemos comprender y explicarnos los hechos y los fenómenos del pasado, puede entonces expresarse desde la microhistória.
Vista así la microhistoria, su éxito depende del diálogo holístico que ha de centrarse en los saberes, cuyo principal cliente es el pueblo que necesita del conocimiento desde que hombres, mujeres, ancianos, niños se conocen y comunican en una acción dialógica colectiva a su manera. Es obvio que la respuesta a esta cuestión, es la manifestación del saber en signos convencionales, en lenguas nativas, para lo cual se exige la negociación, que sea capaz de evocar en ellos cosas similares, es claro que todo saber es el producto de una construcción mas o menos elaborada, la integración de evocaciones y negociaciones que instalan en nosotros la esencia de la microhistória.
En todo caso, la Microhistoria tiene, pues, una finalidad muy concreta; la obtención, reproducción y revelación de conocimientos, en este contexto, deberá facilitar, antes que otra cosa, el conocimiento, que pervivirá a través de su propia generalización, por lo que conocer será innovar y vivir. Desde esta realidad, la práctica pedagógica de la microhistória bien vale una taza de un aromático café en el cenáculo grupal de los lugareños, en un proceso reflexivo y crítico de sucesos históricos alcanzando los valiosos ideales de la humanidad.
Es posible tratar, al iniciar un estudio en el cenáculo del enfoque microhistorico, la responsabilidad que amerita su disertación; en el carácter de un profesional comprometido con la historia. Frente a ello la microhistoria es un hecho de profunda responsabilidad cuando inicia este proceso ilustrando por ejemplo entre otras cosas, los hábitos, actividades laborales, estructura agraria y costumbres de los lugareños, para poder llegar a entender integralmente la comunidad. Aunque es factible iniciar la investigación desde las más remotas épocas que lo permitan las fuentes y concluirla en el momento actual, no es requisito indispensable, puesto que es factible concebir una microhistoria plasmada desde determinado período histórico y aunque no trascienda los límites del período propuesto puede ser una muestra valedera de un estudio local. Se debe estar pendiente de las circunstancias que han rodeado la historia de esa comunidad y de los cambios trascendentes que ha soportado en el transcurrir del tiempo.
Obviamente, el proceso dialógico del saber microhistórico, es considerado por el historiador; uno de los atributos más maravillosos de la humanidad, ya que consiste en un conversatorio social articulado con que se comunican en dúo o grupo. En otras palabras, el diálogo de saberes cumple esencialmente dos funciones en el ser humano; en primer término sirve para que se exprese a sí mismo, en segundo lugar, para que se comunique con los demás congéneres; por lo tanto, tiene una misión de carácter individual y otra social. Además, Su papel comunicativo convierte al diálogo de saberes en la condición por excelencia de los seres humanos como entes sociales. El diálogo de saberes es tan importante en la microhistória por el cúmulo de conocimientos que se comunican para construir una historia del quehacer histórico de los pueblos, constituyendo el camino fundamental y generador de las remembranzas del pasado y los pensamientos hacia el futuro de la sociedad.
No hay duda, que metodológicamente el enfoque Microhistorico para algunos historiadores se concibe como la coyuntura para obtener o personificar disímiles circunstancias, sustentándose de todos los acontecimientos como horizonte del sentir humano, el despertar de los valores y el apego que se debe tener con el terruño que ha sido cuna de grandes seres y acontecimientos; combinando el aprender a ser, a hacer, a conocer y a convivir, para establecer lazos entre el pasado y el presente, proyectándose de una manera majestuosa al futuro, con el mismo calor, con la misma inspiración y la misma magia.
BIBLIOGRAFIA
Colom A, y Carles, M. (1994). Nueva filosofía de la educación. Papeles de pedagogía. Ediciones Paidós. Buenos Aires.
González, L. (1992). Historia Regional, microhistória y Ciencias Sociales. Serie de Estudios Regionales. Tropykos.
Medina, A. (1992). Historia Regional, Teoría, fuentes y método en historia regional. Serie de Estudios Regionales. Tropykos.
El Regente Heredia o la Piedad heroica
El Hombre de Bien
Mario Briceño Iragorry
Yajaira Quevedo
UNESR-Núcleo Valera
Rememorar a Mario Briceño Iragorry es impregnarse de nacionalismo, de lo autóctono, de lo nuestro. Es observar el sendero que conducirá a los hombres y mujeres del futuro y les enseñará la sapiencia de un pensamiento que se sumergió en lo más profundo del sentimiento patriótico. La presencia del Regente Heredia o La Piedad Heroica, ensayo escrito en 1947, presenta entre líneas, un fondo humano que pretende dejar bien fijada una verdad fundamental: El hombre de bien. Esto es, la persona de José Francisco Heredia, extraordinario ser que existió y acomodó su vivir durante la época de la Independencia. El regente se considera un humanista a carta cabal, un hombre virtuoso cuyos principios fundamentales se expresan en el bien común donde naturalmente, se debe vivir los valores como el amor, la estima, solidaridad entre los seres humanos, pues son imprescindibles como centro y motor para el desarrollo y bienestar de un colectivo inserto en una sociedad señalada por estar dividida en clases sociales. No obstante, este afán de dominación de unos grupos sobre otros hace que estas relaciones de convivencia se debiliten y predominen los antivalores desvirtuando la esencia del ser humano como tal.
El regente se considera un humanista a carta cabal, un hombre virtuoso cuyos principios fundamentales se expresa en el bien común, donde naturalmente, se debe vivir los valores como el amor, la lealtad, la solidaridad, entre los seres humanos, pues son imprescindibles como centro y motor para el desarrollo y bienestar de un colectivo inserto en una sociedad señalada por estar dividida en clases sociales. No obstante, este afán de dominación de unos grupos sobre otros hacen que estas relaciones de convivencia se debiliten y predominen los antivalores desvirtuando la esencia del ser humano como tal.
La obra que nos muestra Iragorry tiene una gran validez en medio de la historia contemporánea. Si revisamos el Siglo XIX podemos damos cuenta que ésta época está signada por el desencadenamiento de la crueldad, producto del caudillismo sanguinario, las luchas viscerales por el poder que dan paso al flagelo de la corrupción, al sometimiento del hombre por el hombre en ésta época de esclavitud, al individualismo, al auge de las oligarquías; en fin, todo un movimiento que sólo busca su afán de lucro y dominio, para usufructo personal; de modo que, tales consideraciones acreditan cómo en el siglo XIX las masas populares no son atendidas en sus justos derechos, es decir, no se considera el bienestar de la inmensa mayoría que siempre ha sido privada de sus más elementales preceptos y reglas de subsistencia, dejando como testimonio, que el genuino beneficio político no es llevado a la praxis. Estas acciones desencadenan en conductas deplorables que vulneran el germinar de una conciencia cívica.
En el transcurrir de la historia de Venezuela, han existido grupos económicos y políticos que han logrado apoderarse de los espacios importantes, por lo que se resisten a cederle acceso a lo nuevo, provocando la lucha de clases. Evidentemente, la conciencia de los políticos nuestros no responde a los foráneos, y al mismo tiempo, se comportan -al decir del escritor Jerónimo Carrera- como guachimanes, pues sólo cuidan los interese de los explotadores, dejando ver la carencia del sentimiento nacionalista.
Es importante hacer hincapié, que ya entrado el siglo XX una gran cantidad de venezolanos ilustres sentían una gran preocupación por la situación que se venía viviendo y de alguna manera expresaron su repudio a este sistema de cosas avasallante. Entre ellos, se destaca Mario Briceño Iragorry, Mariano Picón Salas, Isaías Medina Angarita, Daniel Borges y muchos más que elevaron su voz protesta y trataron de organizar una Venezuela diferente. Sin embargo, fueron enfrentados de una manera infranqueable por las minorías que mantuvieron muy arraigado el modelo en que se condujo el pasado siglo, de manera tal, que no hubo apertura para la transformación y los cambios anhelados.
Asimismo, es bueno resaltar, que las cuatro primeras décadas estuvieron signadas por dictaduras e intentos de gobiernos democráticos, como es el caso del gobierno de Eleazar López Contreras y el de Isaías Medina Angarita. Éste último ha sido reconocido como el gobierno de los notables por estar presentes pensadores, diplomáticos, historiadores. Sin duda, fue un demócrata, que dio avisos muy significativos de esta voluntad de facilitar el avance político del pueblo venezolano; toleró la pluralidad, como nunca antes, en las manifestaciones ideológicas; no se tenían perseguidos y que no había, por la causa de las ideas, ningún ciudadano en el exilio o en la cárcel, hecho inusitado en la vida nacional. Valga decir, que Mario Briceño Iragorry forma parte de este gobierno, como presidente del Congreso y él expresa para entonces: "hay una Venezuela construida más o menos cívicamente, la derrocan porque ha prevalecido el mal".
Ahora bien, en el año 1945 se crea el primer ensayo populista en Venezuela y desde luego comienza el mundo del sindicalismo, resaltando que el mismo pasa a ser apéndice del gobierno. Por otro lado, cabe decir, que el partido Acción Democrática no se habría transformado en la primera fuerza política del país, pues no hay que olvidar que fueron las conquistas políticas y sociales del trienio 1945 - 1948 las que permiten la hegemonía Adela en los años subsiguientes a la dictadura. A partir de aquí podemos apuntar que es inequívoco que comienza a regir en Venezuela la cultura partidista, pues el ciudadano no tiene participación activa sino a través de un partido, entonces, la organización Acción Democrática se vuelve sectarista; indudablemente, se pierde la conciencia cívica que se venía creando y vuelve a fluir un hombre dañino, que distorsiona aquella conciencia naciente en el civismo que se trataba de forjar en el país. En efecto, fue en el devenir de estos acontecimientos cuando surgió la narrativa de Don Mario para resaltar personajes como el Marqués de León, protagonista de la obra Casa León y su tiempo, donde plasma .ese hombre que se resiste a cambiar y el Regente Heredia que refleja la lucha antagónica del bien y el mal.
Ahora bien, la importancia de estos dos ensayos escritos uno seguido del otro, se centra en que primero escribe acerca de un hombre que existe para el mal, para lo dañino, para la astucia, para la habilidad, para la viveza, para enriquecerse, para utilizar políticos, para romper con la amistad, pasando por encima de todo. Esto es, el hombre común en Venezuela, el hombre que ha prevalecido desde la época de la Independencia hasta nuestros días. Luego, se aparta del mal para revelar a través del regente Heredia o la Piedad Heroica, cómo el'") Venezuela debe existir y permanecer un hombre ejemplar, pleno de humanidad y conciencia social, profundo de pensamiento y sentimiento, con verdadero amor por la patria y el pueblo, que puede construir un país sobre la base de la moral y la ética. Se trata de un hombre que es justo, que profesa la amistad, que está impregnado de una gran sensibilidad, que convive cívicamente y cree en una PATRIA como VENEZUELA que debería configurarse en perspectiva como se evidencia en la siguiente cita: "a la incómoda habitación de su posada, se recoge enseguida el afligido Regente y dice refiriéndose a Monteverde y Boves: ¿qué es esto? ¿A dónde nos conduce el odio? ¿Dónde está la palabra de hombres? ¿Qué tiene por corazón estos seres pervertidos?" (Pág : 95)
Cierto, muchos han escrito sobre el mal. A sabiendas que, narrar no es nada fácil. Sin embargo, pareciera que narrar acerca de un personaje malo o cautivo del mal es más fácil que narrar sobre un personaje bueno. He aquí el valor que encierra esta obra en cuestión, en virtud de la magnitud histórica y literaria que yace en ella. Es importante enfatizar, que Mario Briceño Iragorry ejecuta este excelente trabajo, luego de vivir la experiencia de ser sacado abruptamente del Congreso Nacional y detenido después. De igual manera, vale la pena realzar que para escribir estos ensayos toma a estos personajes del proceso de Independencia; en ellos muestra una prosa y sólido conocimiento de la historia de Venezuela, gracias a las investigaciones que realiza durante su estadía al frente del Archivo General de la Nación, y comienza a presentar a la Venezuela que hemos vivido debatida entre esta dualidad mal-bien, en donde este último tendrá que prevalecer, tomar fuerza o mejor aun se debería petrificar.
No obstante, degollé al hombre que medra, daña, hiere; en fin, distorsiona el contexto fortaleciendo la maldad en la humanidad. Conviene señalar entonces, que en el actual momento histórico la sociedad venezolana tiene que propulsar la conformación de un verdadero ciudadano, con el propósito de encaminarnos por los senderos del Siglo XXI: cuando hablamos de senderos nos referimos al verdadero sentido del término política, sobreentendiendo que la política es una función social. De allí, la grandeza de leer y continuar el ejemplo de seres acicalados como el Regente Heredia.
MAL DE ESCUELA*
(Propuesta de investigación a mano alzada)
Dr. Jairo Portillo Parody*
NURR-ULA
“Contar las propias vivencias y “leer”(en el sentido de interpretar)
dichos hechos y acciones a la luz de las historias que los actores
narran, se convierten en una perspectiva peculiar de investigación”
Antonio Bolívar Botía
“¿De nobis ipsis silemus?:
Epistemología de la investigación biográfica – narrativa en educación.
Las siguientes notas post etnográficas nos hablan de los compromisos en luchas con las indolencias. De tesones como los del Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Witremundo Torrealba”. De comedias de formación docente. De imaginarios rurales que persisten para bien y para mal. De la retórica de las imágenes para constatar lo convivido. Y sobre todo del “Mal del Coco Julio” como herencia cultural del desapego por el otro. No tenemos certezas de lo que escribimos y decimos cuando trasladamos el trabajo comunitario realizado a palabras. Aunque “Si nos fijamos bien , no hay historias nuevas que contar,…Las tragedias, las novelas, los romances, los corridos, los tangos, los boleros nos están contando siempre lo mismo…Al lector no le importa que los argumentos sean viejos. Sólo quiere que alguien se los cuente… (Ramírez, 2001: 18).
PLANTAMIENTO DEL PROBLEMA A INVESTIGAR.
La madre de todos los problemas es la pobreza.
Duquesa y Caribe. Perra y perro. Una familia de nueve. Cuatro por cuatro que hacen un cuarto de barro y caña brava. Una mueca que no llega a risa por Caribe que todavía salta a pesar del peso de sus pulgas. Tacitas en papel periódico que sacan para brindarnos un cafecito. Pobres pero decentes diría mi madre. Un televisor en blanco y negro como ventana al cielo. Tres chinas para cazar “arditas”. Uno, dos, tres cuatro, cinco taburetes que haría el hombre de la casa. Una mesa que lucha por mantenerse en pie. Sin vaca blanca que ordeñar en la mañana. Y el mal del Coco Julio.
Buscamos sus venas y se nos escurren. Una y otra vez. Damos con ellas. Mirar que se escurra en los perros duele menos. Se les amarra para que no se escurran. Lo mismo no pasa con nosotros, tratamos de amarar un proyecto de integración escuela – comunidad pero escurrimos el bulto para no comprometernos. “Obligado si es bueno”. La comedia vuelve a repetirse. El papel de los estudiantes es pretender para pasar. Yo no soy así. Yo soy peor porque les miento al hablarles sobre las posibilidades de la escuela como centro del quehacer comunitario. Las escuelas tal cual la conocemos no tiene salidas porque no pueden ser mejores que los compromisos de sus comunidades para con ellas. Los que hacen sus tesis de postgrados chupan sangre de sus sujetos de estudios y no nos acompañan los sábados. Somos puro timbre. Hora de salida. Hora de entrada. Una mentalidad doméstica, como las de las gallinas, nos hace caminar en dos patas y a nuestra indolencia en cuatro. No compartimos. Escuchamos pero no comprendemos. Nos distanciamos. Cada quien en lo suyo. A pesar de las “loras con nombre y apellido. ¿De qué estamos hechos para ser tan indolentes? Todo trabajo de investigación con gente debe ser con (vi) vida (Vicaría Episcopal, 1999).
Vamos a la escuela (contextualización del estudio)
Vamos a la escuela. La que queda donde la quebrada de Ramos se ajunta con el Castán. Río arriba. Sector San Jacinto. Vía Villitas (Estado Trujillo). Pero quienes “hicieron el registro de nombres geográficos las llamaron las adjuntas. No es lo mismo ajuntarse que “adjuntar, pero el disparate quedó oficializado” (Núñez, Pérez, 1994: XXXI). Por llamarla María Ramos la pusimos la cagamos. Nada sabemos. “Creemos” en el Coco Julio. Les picó cuando eran pequeños. Nos muestran sus “loras” cicatrizadas. La maestra pregunta y pregunta. Los niños y niñas no responden. Un niño que ya pinta lo que será, les grita con palabras y gestos: una “nesmaniasi” digan. Una voz tímida se oye: Es un zancudo.
Un Coco Julio sale de la boca de la maestra cuando pregunta: ¿Qué les deja… un hueco?… ¿Muy grande? Las inocencias nos muestras las pruebas. Ojos de niños y niñas. ¡Qué pretensión darles lecciones! Colitas de caballo en las niñas. Negrura en las uñas de los niños que pelean con la tierra para sacarle lo que sea en compañía de sus padres. Budares, carbón y cenizas. La zurrapa hace arepas. La segunda y la tercera. La primogénita, por supuesto, también. Solo es cuestión de tiempo para terminar haciendo arepas como la madre. Todo ha sido anunciado. Todo ha sido dicho. Para lo que hay que ver y decir con un ojo y una palabra basta. Arepas y parir.
¿Cómo se las curaron? Interroga la maestra… con pepa de zamuro molida. Cuajada sin sal. Clara de huevos. Hojas de cují doradas en budares. Cebolleta rayada por tres días sobre la ulcera. Pólvora. Hojas de rabo de ratón. Flor de sangre. Leche de la hoja del higuerón. Lo que consigan y con fe en los rezos de curación. Sana, sana, culito de rana / sino sanas hoy / sanarás mañana. No hay para donde coger. Son temerosos de extraños y recelosos. No más de uno se esconde. Son cerreros por defensa. Se les estudia y se les deja. Les prometemos y les estafamos sus votos. Les trastocamos su lenguaje. Adjuntas (anexos) por ajuntas (de riachuelos). Les damos lo que nos sobra. Comemos sus arepas y tomamos su café. Como viejitas nos llevamos sus matícas. Un día de estos nos recibirán con un chopo.
Ignoro con ellos. No sé si un mosquito es un zancudo. O viceversa. O qué son los jejenes jodedores. Solo sé que tenemos piedra de zamuro en los riñones para comer de todo el mundo y que nadie coma de nosotros. No hay dialogo de saberes. Y no lo puede haber cuando el ejercicio docente sea solamente un Modus Vivendi y la investigación busque solo toga y birrete de cuarta y quinta nomenclatura académica.
La angoleta, el flebótomo y mosquito no son tres insectos en uno. Son tres nombres para un mismo bicho en uno para más de doscientas Lutzomyia diferentes. Lutzomyia es el nombre científico para un insecto que responde a los nombres de: angoleta, flebótomo y mosquito. Lo bueno y lo malo siempre parece venir con tres nombres.
Brazos y cuellos. Caras y piernas con picadas de angoletas. Ni niños ni niñas. Adultos. Perros y gatos se salvan. Y menos si tiene el rabipelao por allí. La cadena epidemiológica es más o menos así: El mosquito hembra y sano le chupa la sangre al rabipelao sano y aquí no ha pasado nada; el mosquito hembra y sano le chupa la sangre al hombre o animal infectado y el mosquito hembra se infecta; y tercera posibilidad el mosquito hembra y sano le chupa la sangre a un animal que juegue el papel de reservorio y se infecta (Rojas, 2002).
¿Cómo se miran ellas a sí mismas?
Así como el maestro que transmite los errores es maestra (póngase a contar y verificará que es cierto), es la mosquita viva y no muerta la que pica al hombre y a los animales. Les gusta picar al anochecer y bien tempranito. Las moscas les hacen el quite durante el día. No es un problema de “género”. Es que hay más maestras que maestros y la hembra del mosquito es la que pica. Si ya sé que lo dije. Pero hay cosas que por calladas se olvidan.
Se llega a la escuela donde se ajuntan dos riachuelos. Ruinas de un antiguo acueducto. Los tanques sirven de cagadero. La otrora oficina de salón y comedor continúo. Tiempo de comer. Flor….a lavarse las manos. Cucharada tras cucharada hasta escurrir la taza. No es apetito, es hambre lo que tienen. A, E, I, O, U son vocales sin ton ni son y sin consonantes problematizadas que no nos hablan de un lenguaje de posibilidades. Los perros tienen la “loras” vivas y no se quejan. Solo veo caras de resignación. Chivas de cauchos, empujadas con dos palos cruzados en el espacio donde se incrustan los rines, sirven de juguetes para el que no tiene para más.
“…en la vacía transparencia del equilibrio me duele la reflexión” (Jonuel Brigue, 1977: 13). ¿Tomar conciencia será posterior al dolor por reflexionar lo vivido?
No solo por pan
Entre gatos, perros y cochinos se prepara la comida que tres niños y una niña llevan en baldes cruzando un puente de un solo tronco y con equilibrio de circo para no caer al río. En los baldes se lleva la comida para echarla en las canoas y que coman los cochinos. Aquí no. Estos niños y niñas son unos sobrevivientes, como sus padres, como sus abuelos. Sonríen muy poco. Están como “sometios” observa María de La Cruz cuando los ve. Antígenos, burbujitas, granulomas que se miden en milímetros de respuestas a los supuestos contactos con las angoletas infectadas con el parásito de leismaniasis …pobreza extrema a escasos kilómetros de la plaza Bolívar de la pura capital del estado Trujillo. Miseria que a pesar de la palabra que la nombra no crean alternativas ni soluciones. Las palabras se me van para dar entender la indolencia de los que pueden y no hacen. La palabra ha sido dicha y espera respuestas.
“El ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas, / es ojo porque te ve (Antonio Machado). De ser vistos a ver. Todo un giro metodológico en la postura del observador participativo
Ni una palabra más por el momento.
Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras, lo que con una dilo con una. No emplees nunca el término medio: así, jamás escribas nada con cincuenta palabras (de Augusto Monterroso y aprendido de memoria por mí). Al buen entendedor pocas palabras. El problema es la búsqueda en sí. Una búsqueda con en el deseo de encontrar y encontrar con el deseo de seguir buscando. El problema de buscar otros modos de pensar, reflexionar y “hacer” la escuela. De conversar acerca de los decires, los humores, la cultura, las lecturas, la investigación, la imagen, los lenguajes de los saberes, las angustias hasta los sudores,… la participación, la palabra no divorciada de la acción para tocar tierra con los proyectos pedagógicos comunitarios de integración. Una invitación a superar nuestras incapacidades para el diálogo (En deuda con Hans – Georg Gadamer).
Que no nos agarren desprevenidos estas líneas. La loca de la casa (Urribarrí, 2004) nos dice que todo estriba en el problema de saber qué es lo que no se sabe. En cómo debe representarse y presentarse en el discurso de la investigación,, lo sabido, lo que estamos por saber y lo que nunca sabremos.
Primero lo primero: ¿Qué proponemos y de dónde partimos?
Pedro Rimales dio un golpe al revés mató catorce y aturdió diez.
El escepticismo optimista para no sucumbir ante tanta realidad. Los proyectos de investigación no son neutrales. Como prácticas sociales involucran relaciones de poder y control. Ellas nos forman, conforman y / o deforman. La planificación y la participación comunitaria es una práctica política que pude ir desde la emancipación hasta la enajenación. Debemos movernos con cuidado dentro de ese espectrum.
Lo que se debe y se puede pensar , lo que se debe y se puede decir- saber, lo que se debe y se puede hacer… en lo referente a planificación y participación comunitaria ¿En manos de quién(es) está(n)?
No toda unidad social situada en una determinada área geográfica es una comunidad. Es necesario, imperativo y justo una conciencia de pertenencia. Vivir en una comunidad no nos hace por obra y gracia miembro de ella. Por lo tanto, el dar clases en una escuela no nos hace miembro participe de la escuela. El participar en proyectos pedagógicos de cualquier índole no nos hace tampoco por obra y gracia miembros de esa comunidad. Prefiero el reflexionar al pensar. Al pensar la escuela como centro del quehacer comunitario la pienso al revés y reflexiono sobre las posibilidades de la comunidad como centro del quehacer de la escuela. Esto implica lecturas de lo contrario formulado por la oficialidad del discurso escolar y de la participación comunitaria.
Hay personas que hacen que las cosas ocurran; otras que esperan que las cosas sucedan; otras que se quejan por lo que lo que ha ocurrido; y otras que ni lavan ni prestan la batea…Dime a cuál grupo perteneces y te diré de tu espíritu de participación en la transformación integral de la tríada familia- escuela –comunidad.
No todo el mundo tiene vocación para el trabajos de integración escuela – comunidad pero uno puede dedicarse y llegar a amar lo que se hace. No hay recetas para los proyectos pedagógicos comunitarios de integración. Algunos negarán con la cabeza o la lengua porque es más fácil que todo siga como está.
Problematizar la lecturas de la palabra y el mundo. Lecturas de la escuela / cultura / salud / comunidad desde un antes (pasado) que está, un ahora (presente) que no acontece y un después (futuro) incierto.
Problematizar la gramáticas de participación comunitaria.
Un diálogo crítico con aquellos que a menudo creen que nada saben en lo referente a la promoción de la salud. Las relaciones de poder-saber.
Resistencia cultural en plural. Para vencer las rutinas, la estupidez, los silencios, las palabras envilecidas...Hacer hablar a las palabras para mostrar lo que ocultan. Veamos como es la cosa en la siguiente fábula de Esopo. Un viajero encontró en el bosque a un sátiro medio muerto de frío y se lo llevó a su casa. El sátiro, viendo que el viajero se soplaba las manos le preguntó el motivo. Es para calentarlas un poco, le respondió. Poco después, sentados a la mesa, vio el sátiro que el viajero soplaba la sopa, y, asombrado, le preguntó por qué lo hacía. Es para enfriarla, le respondió el viajero. Entonces, el sátiro se levantó de la mesa y se fue a toda prisa de allí. No quiero nada, dijo mientras se iba, con alguien que de la misma boca echa aire caliente y frió (Esopo, en cualquier libro de básica ayer primaria).
Celebrar d las diferencias. Una perra y una cochina discutían diciendo cada una que sus crías eran las más hermosas de todos los animales de la comunidad. Bueno, dijo la cerda, al menos mis crías pueden ver cuándo llegan al mundo, y las tuyas nacen ciegas (Esopo).. Las comunidades tienen su forma de ser y hacer. ¿Quién nos da el derecho de intervenirlas? El objeto es fomentar el respeto, la tolerancia y la humanidad. Uno más uno es igual a otro que somos nosotros.
Fomentar estrategias metodológicas emancipatorias. Micro historias de salud / cultura/ etc. Libros vivientes. Calendarios productivos. Pero: Una mañana nos regalaron un conejo de indias. Llegó a casa enjaulado. Al mediodía le abrí la puerta de la jaula. Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como lo había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad (Eduardo Galeano). Estamos conscientes de que todo el mundo no quiere ser emancipado.
Quehacer antropológico desde las comunidades. Para evitar que los niños y niñas se queden cortando chaos y mirando los despeñaderos para toda la vida, cagando en los camburales y sobreviviendo en una “neoruralidad” sin salida aparente.
Investigaciones con (vi.) vidas. Que es más que la resolución de problemas en lo que ha caído la investigación acción. Es un dar sentido a lo vivido. Estabas a ras de tierra y no te vi. Tuve que cavar hasta al fondo de mí para encontrarte (Leído y memorizado no sé donde de Juan José Arreola)
Estudiar el asombro, el gozo, la cotidianidad, la brevedad, los saberes y su fragmentación, las derrotas, los fracasos, sueños y posibilidades de las escuelas de páramos y sus comunidades.
Diálogo y confrontación de saberes. Para dialogar,/preguntad, primero:/ después… escuchad (Antonio Machado en Marías Julián, 1982). “El no oír y el oír mal se produce por un motivo que reside en uno mismo. Sólo no oye, o en su caso oye mal, aquel que permanentemente se escucha a sí mismo “(Gadamer; 2002:209).
Diseñar, ejecutar y evaluar un proyecto de integración comunidad-escuela. En lo referente a la triada: salud / cultura / educación. Voy sabiendo en la medida en que voy haciendo. Un no último relato para el estribo. El maestro – cuya labor se desenvolvía entre el conuco y el aula- se llevó el libro debajo del sobaco, y el calor derritió entonces las palabras, y las imágenes de colores de los padres de la patria que rodaron convertidas en melcocha por debajo de agrios olores sudorosos, y los pistillos y corolas abandonaron ya en la página 95, el marco blanco de las hojas. Cuando el maestro quiso sacar su libro para leer la lección del día, comprobó que sus alumnos recogían los capítulos en vasijas de barro y que sólo colocándolos a la luz y el calor del sol la sequedad anterior se recuperaba en una mezcla de temas y paisajes que eran ya un tipo de saber diferente al que el maestro había durante años explicado (Todo es de Mario Veloz Maggiolo menos las negrillas).
EL ESTADO ACTUAL DE LOS SABERES.
Sobre la tierra la palma,
sobre la palma los cielos,
sobre mi caballo yo,
y sobre yo mi sombrero.
Pero me lo quito ante cada trabajo mencionado en este proyecto y ante: El Ausente que Voy Siendo. Historia de Vida de Rafael Briceño. (Fuenmayor; 2003); Margot. Retrato de una Caraqueña del Siglo XX. (Villanueva; 2003); La Vastedad del Adiós. (Goldberg; 2003); Aguas Ardientes (Anzola; 2003), y no menciono otros por no cansar.
Estos trabajos tienen un sabor de relato al “leer” lo acontecido como un texto y a la vida como narrativa. Con Bolívar Botía “Entendemos como narrativa la cualidad estructurada de la experiencia entendida y vista como un relato: por otro (como enfoque de investigación), las pautas y formas de construir sentido, a partir de acciones temporales personales, por medio de la descripción y análisis de los datos biográficos” (2002:40). Y añadimos que es también una manera de despojarse de las musarañas de los criterios de validez, generalización, fiabilidad…del positivismo; descubrir las narrativas de gente e inventar mi propio yo que vive oculto. Al final “La vida no es la que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (García Márquez, 2003:7).
Dime de qué te enfermas y te diré en cual comunidad vives. La salud no es solo un asunto de las ciencias de la salud “…las ciencias sociales requieren y tienen la obligación de intervenir de una manera más contundente para ayudar a resolver los urgentes problemas que enfrenta la preservación y recuperación de la salud” (Briceño León, 1999:18).
Sabemos tan poco y presumimos tanto.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS (En deuda formal con Ramón Rivas Aguilar):
No es lo grande lo que atora sino lo chiquito mal comido.
ü Constatar que lo relatado (narratividad en la investigación educativa) suele ser más real que lo vivido. Aunque…cuidado con los recuerdos que nos pueden contar mentiras.
ü Percatarnos de nuestras limitaciones de que solo podemos nombrar y crear lo que narramos.
ü Registrar las narrativas culturales sobre el valor de la escuela en las comunidades de páramo.
ü Dar cuenta de los aportes de la narración y la analogía estética en la etnografía comunitaria.
ü Promover el desarrollo de proyectos pedagógicos en las escuelas junto con las comunidades en lo referente a salud-cultura y educación.
ü Realizar un estudio antropológico de las comunidades sobre la cotidianidad, los valores, los sueños y las historias de vida.
ü Promover talleres para el rescate de historias locales y micro historias.
LAS SIGUIENTES DUDAS ORIENTAN NUESTRO TRABAJO (..la pregunta auténtica es más importante que las respuestas, es musagetas [Sic] de la reflexión y de la ciencia; cuando la pregunta se apaga quedan sólo doctrinas, Brigue, 192:124):
¿Quiénes somos? ¿Cómo hemos llegado a ser lo que somos? Y si… ¿Tiene reacomodo lo que hemos llegado a ser?
¿Qué proyecto de vida tenemos como hombres y mujeres?
¿Cuáles son los significados de enseñar y aprender en la pobreza? (Venegas, 2000)
¿Qué hacer con los (as) que no comen, que no tienen agua potable, que llegan enfermos…?
¿Cómo educar para la tolerancia y el respecto a la diferencia?
¿Género masculino vs. Masculino, más que un problema gramatical? ¿Cómo reencontrarnos, a través del dialogo, con la reflexión pedagógica, con la mirada del otro, con la otredad?
¿Cómo abordar las formas de mirar, concebir y nombrar lo que hacemos?¿Cómo regresar los saberes a la comunidad que los produce? ¿Qué les ha sido expropiado?
¿Existen metodologías participativas y de planificación que respondan a nuestras idiosincrasias?
¿De dónde vienen a dónde van las propuestas de planificación y participación comunitarias?
¿Cómo se diseñan los calendarios comunitarios para recoger las idiosincrasias y problemáticas de salud/ cultura/ educación?
¿Serán las artes, en todas sus manifestaciones, nuestra única salida del subdesarrollo?
METODOLOGÍA:
La vida no es un ensayo, aunque tratemos muchas cosas; no es un cuento, aunque inventemos muchas cosas: no es un poema, aunque soñemos muchas cosas. El ensayo del cuento del poema de la vida es un movimiento perpetuo: eso es un movimiento perpetuo (Leído en algún lugar de Augusto Monterroso). Así son; también, nuestras “estrategias metodológicas” un constante proceso de búsqueda (azarosa e intuitiva más de las veces, un intentar comprender los significados de Itaca) a través de la etnografía, la investigación acción, y la investigación hermenéutica narrativa.
La etnografía por las posibilidades que ofrece a las complicidades entre “sujetos y objetos” de investigación. Por aquello del encuentro con el otro, por lo de la metodología en busca de interpretaciones…Lo de investigación acción para evitar pensar sin reflexionar y sobre todo sin tomar cartas en el asunto (actuar). “Es tan posible y frecuente pensar sin reflexionar, como lo es ver sin mirar, oír sin escuchar, beber sin catar, tocar sin acariciar” ( García Bacca, 2002:232). Y la hermenéutica narrativa, que no es un método (Gadamer, 1999), nos permitirá a partir de los textos, acciones, sucesos, lenguaje… y sus interpretaciones producir el relato – narración que torne significativos los “datos”. “La investigación biográfica y narrativa en educación, en lugar del modo de cientificidad dominante en la modernidad, reclama otros criterios, superadora del contraste establecido entre objetividad y subjetividad…Como modo de conocimiento, el relato capta la riqueza y detalles de los significados en los asuntos humanos (motivaciones, sentimientos, deseos o propósitos) que no pueden ser expresados en difiniciones, enunciados factuales o proposiciones abstractas como hace el razonamiento lógico-formal” (Bolívar Botía, 2002:44-45.).
Bueno dice la zorra… estírate piernas y escógete ancas, que este mundo está lleno de trampas. Nuestras trampas son la fotografía y los videos documentales. “Las miradas objetivas de la realidad no existen, pero la manera expedita de captar su exacta dimensión está en el género opuesto a la ficción (video documental). La llegada del tercer milenio plantea nuevos derroteros para una forma de registro audiovisual en las que los observados han pasado a ser observadores” (González, 2004:12). Sin menospreciar el arte de mirar y recordar.
En cuanto a las fotografías, siempre tendrán un punto de vista. Ya que “El paso entre la realidad que ha ser fotografiada por que nos parece bella y la realidad que nos parece bella porque ha sido fotografiada, es brevísimo” (Calvino, 1997:72). Porque “La fotografía endeble ilusoria dispone en sus escenarios la máscara de la permanencia” (Víctor Bravo 2003) Porque “Nuestro pensamiento, al voltear esta página, ya se disparó hacia el problema de la representación, porque no hay representación sin imagen” (Juan Carlos Pérgolis en Jiménez, 2002:8-9). Porque “Mi madre siempre fue enemiga de retratarse. Decía que los retratos eran cosa de brujería…” (Juan Rulfo, Pedro Páramo citado por Rivero, 1999:13, al establecer las correspondencias de la narrativa y la fotografía en Rulfo). Por las posibilidades de la fotografía de crear textos de acción y reflexión (Portillo, 2003). Por todo lo anterior y por responder a los protocolos de la investigación científica y ser uno de los recursos técnicos más eficaces y verosímiles. ¡OH!… dejamos por fuera la cuestión siempre esquiva de la estética.
Siendo las imágenes más veloces que las palabras en lugar de leer vamos a “ver” libros. “El lector vidente se acercará a Comala diciéndole al arriero que va a su lado, sin saber que es un hermano suyo ya muerto “…Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. …Otra vez serán fantasías, sin embargo. La imaginación se quedará en los libros, en las palabras. Siempre habrá en un estante ese mismo libro de Juan Rulfo que tocar y palpar y abrir” (Ramírez, 2001: 108. Así que es tierra movediza la que empleamos para construir nuestro trabajo. Tierra que va desde las imágenes de los videos documentales y las fotografías a la palabra no divorciada de los hechos. Dos categorías: la palabra escrita y la imagen ¿La doble mirada de la culebra ciega…anfisbena o morrona?
Nuestros espacios de observación, búsquedas y posibles encuentros serán, en lo posible: los talleres de los creadores populares (en sus artes como en todas las artes no hay subdesarrollo), los mercados, lo cotidiano, lo doméstico y por supuesto el territorio de la escuela, recreo incluido. En breve, la comunidad será el centro de las búsquedas (en plural) y del quehacer de la escuela que proponemos.
Pero… Alegrando Rossi (1998: 33- 38) nos hace dudar, más que recordar, con un tono ironista y testimonial que “Los buenos cuentos , me han dicho , comienzan en un lugar definido”. Nuestros lugares no están definidos. Solo tenemos una certeza. Son escuelas de nunca llegar lo prometido por el discurso oficial dominante. Escuelas de páramo. Ayer fueron las escuelas El Quebradón, Túname, Niquitao, La Mocojo, La Mocotí, Mesa de Gallardo, La Cordillera del Humo… Nos inclinamos por regresar: Pero me niego a ver de nuevo lo que vi. Pero el instinto y sus jugarretas nos sugiere Las Adjuntas, La Cordillera de Occidente, La Cuchilla de Siquisay,, y más aun: Mucutujoté a diez minutos de Chachopo, a dos horas de Trujillo.. ¿Por qué Mucutujoté? Por su música en la palabra. Más claro si puede cantar un gallo.
No me baile el trompo porque “vayi” lo taratateo.
PLAN DE TRABAJO.
Otros hay (y en éstos entro yo) que no saben nada,
ni quieren saber nada ni creen que se sepa nada,
y dicen de todos que no saben nada,
y todos dicen dellos lo mismo,
y nadie miente.
Quevedo.
· Releer y rehacer muchas de las cosas que hemos hecho. Enero 2005.
· Fijar residencia en la comunidad seleccionada (Un “retiro” con gentes para evitar pensar sin reflexionar). Febrero 2005.
· Contacto con los líderes, organizaciones sociales locales, personajes, cultores populares, docentes, trabajadores del campo….todo lo que se mueva. A partir de Marzo 2005.
· Compromiso de decisión para realizar la investigación convivida y participativa. Que de cómo resultado un proyecto pedagógico comunitario. Marzo – Abril 2005.
· Registros de las prácticas socioculturales (relatos, videos, fotografías, Bitácoras, libros vivientes… A partir de Marzo.
· Arqueo de los conocimientos, saberes e historias de vida de la comunidad. Abril – Mayo - Junio 2005.
· Encuentros para estudiar la información recolectada y diseñar talleres. Mejor, hagamos un nuevo surco en la tierra y que sea la comunidad el centro del quehacer educativo. Julio – Agosto 2005.
· Jugar con la lengua de los saberes populares y sus sin cuenta usos. Agosto 2005.
· Desarrollar los talleres que nazcan de las comunidades y sus necesidades. A partir de Agosto.
· Ensayar con el lenguaje fotográfico y video para editar y producir por lo menos un video documental que de cuenta del proyecto de integración comunidad- escuela. Septiembre – Octubre 2005.
· Preparar un artículo bajo la perspectiva epistemológica de la investigación narrativa en educación. Octubre – Noviembre – Diciembre 2005.
· Publicar por lo menos un artículo antes de que se vaya el año 2005.
· Difundir y divulgar el hallazgo mediante el dictado de un Seminario. A finales del año 2005 o comienzo del 2006.
· Concreción de todo lo anterior en un proyecto comunitario.
Primer semestre del 2006.
Nota: ya hay cosecha y puede ser vista en:
www.saber.ula.ve/lier/
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